El punto de partida es el cine, pero una película no era imprescindible para desatar Días mejores; mucho menos en el convulso contexto del arte contemporáneo de Guatemala. La exposición que por estos días se presenta en el Centro Cultural de España se robó el título del filme del guatemalteco Luis Urrutia, pero propone una mirada mucho menos narrativa y mucho más fragmentada sobre la plástica actual de ese país (sus manifestaciones, temáticas, etc) pero, especialmente, sobre el vínculo de los creadores con el contexto sociopolítico en el que están obligados a crear.
Afortunadamente, estos artistas no hacen proselitismo del habitual. En el peor de los casos aceptan mancharse el dedo, pero nunca para anunciar su adhesión a un sistema democrático que aún les resulta sospechoso y, si lo hacen es como consecuencia de sus procesos de trabajo.
Si en algo se relacionan A153167, Andrea Aragón, Regina Galindo,Yasmín Hage, Renato Masselli, José Osorio y Alejandro Paz es en su obsesión por revivir, representar e intensificar procesos de reflexión. A través de la fotografía, la instalación, el video, la pintura y las acciones plásticas, estos artistas expresan las crisis de una región donde nada ha llegado a su forma última y el término posguerra es todavía un lugar lejano. Como expresó su curadora, Rosina Cazali, "la exposición no busca ilustrar las últimas expresiones del arte en Guatemala. Es una apuesta a la exploración y reflexión sobre las formas de pensamiento y sentimiento, individuales y colectivas, que los artistas transforman en códigos éticos. Estos códigos resultan como propuestas para entender la época y afrontarla de manera crítica. Estos generalmente se perciben a través de la preocupación por tópicos como el género, la ternura, la ironía, la violencia, la preocupación por el cuerpo social, el existencialismo, el sexo y la intimidad como política, la globalización, el racismo, etcétera".
Desde la alternatividad, estos artistas guatemaltecos nos presentan su versión de Guatemala. Cualquier similitud con la realidad no es mera coincidencia.