Washington, 24 mar (EFE).- Mary Winkler, esposa del pastor Matthew Winkler de la Iglesia de Cristo de Selmer, en Tennessee, confesó hoy el asesinato de su esposo, al que unos fieles encontraron muerto con heridas de bala en su casa.
El hallazgo del cadáver y la desaparición de la esposa y las tres hijas del pastor, de 32 años, habían causado ayer gran preocupación en la comunidad del este de Tennessee, donde se temía que ellas también hubiesen sido víctimas de un crimen.
Pero anoche, el agente John Mehr, de la Oficina de Investigaciones de Tennessee (TBI) informó a la congregación de que las cuatro habían sido encontradas en Alabama, y que se consideraba a la mujer como sospechosa.
La policía de Orange Beach, en Alabama, halló a Mary Winkler, de 32 años, y a sus hijas Patricia, de ocho años, Mary Alice, de seis, y Breanna, de uno, ilesas horas después que los feligreses de la iglesia hallaran el cuerpo ensangrentado de Matthew.
Según informó la Policía, tras su detención, Mary admitió que había asesinado a su esposo y aceptó regresar a Selmer para hacer frente a los cargos contra ella.
Las tres hijas del matrimonio, que según la versión de Mary Winkler no vieron nada del asesinato, quedarán a cargo de uno de sus abuelos, informó la Policía.
Jennifer Johnson, portavoz de la policía, dijo que no hay antecedentes de violencia doméstica en el hogar de los Winkler.
Algunos miembros de la iglesia se preocuparon el miércoles cuando Winkler, un pastor querido por sus fieles por su carisma y sermones bíblicos, no se presentó para una clase.
Los fieles fueron a la casa, encontraron una llave y hallaron su cadáver en un dormitorio.
Selmer es una localidad de unos 4.600 habitantes en el condado de Fayette, junto a la frontera con Misisipi.
La familia Winkler se había mudado allí hace poco más de un año, cuando Matthew se empleó como predicador en la congregación de la Iglesia de Cristo, de unos 200 fieles en ese pueblo.
La última vez que algunos vecinos habían visto a Mary y sus tres hijas había sido el martes, cuando la madre llegó a la escuela para recogerlas.
Y la última vez que los testigos recuerdan que vieron a Matthew Winkler fue ese mismo día, cuando paseaba con el perro de la familia por un parque cercano a la casa.
Matthew Winkler era un ministro de tercera generación en la Iglesia de Cristo. Su padre Dan es ministro de esa confesión y su abuelo paterno, Wendell, fue un evangélico con seis décadas de carrera como predicador. EFE
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