Bogotá, 14 oct (EFE).- Kenia Gómez, esposa del jefe paramilitar colombiano Carlos Castaño, confirmó que viajó a Estados Unidos con la ayuda de la embajada de ese país y que desconoce la suerte de su esposo, desaparecido en abril pasado, informaron hoy medios locales.
Gómez, esposa del hasta hace poco jefe principal de la organización de ultraderecha Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), entregó declaraciones al programa de televisión "La Noche" del canal RCNTV, en las que confirmó que está asilada con su hija.
La esposa de Castaño confirmó así la información revelada el pasado fin de semana por el embajador de EEUU en Bogotá, William Wood, quien dijo que se le otorgaría protección por razones humanitarias, pese a que el líder de las AUC, desaparecido tras un aparente atentado, estaba reclamado en extradición acusado de narcotráfico.
"Desafortunadamente no he sabido nada de él (Castaño). La incertidumbre es más dura que saber lo que pasó", manifestó Gómez.
Sobre el asilo afirmó: "Sí, es cierto. Estoy muy agradecida con el gobierno de EEUU por haberme acogido", agregó.
Gómez dijo que duda que su esposo esté vivo, ya que han pasado más de seis meses desde que desapareció en medio de un tiroteo entre facciones de las AUC en la zona de Urabá (noroeste colombiano).
Señaló que "ha pasado ya mucho tiempo. Carlos no me dejaría esperando y sufriendo todo este tiempo", dijo.
Las AUC celebran negociaciones de paz con el Gobierno desde el año pasado y entre las posibles causas de la desaparición o muerte de Castaño se mencionan la hipótesis de que fue ultimado para evitar que se entregara a las autoridades de EEUU y delatara a otros paramilitares.
No obstante, la esposa de Castaño aseguró que éste no tuvo negociaciones con funcionarios de EEUU.
Carlos Castaño y su hermano Fidel, también desaparecido en circunstancias similares hace varios años, figuran entre los fundadores de las AUC, que surgieron hace dos décadas para combatir a las guerrillas izquierdistas y están acusadas de múltiples crímenes y violaciones a los derechos humanos. EFE
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