Era el 1° de febrero y 140 millones de televidentes (solo en Estados Unidos) disfrutaban del intermedio artístico del Super Bowl. Justin Timberlake y Janet Jackson cantaban a dúo Rock Your Body y, justo al final de la canción, estalló el escándalo.
Sin que esté claro aún si se trató de algo planeado o un accidente, Timberlake arrancó una parte del traje de Jackson, dejando expuesto por un par de segundos el pecho derecho de la intérprete.
La imagen de aquel pezón le dio la vuelta al mundo y desató una de las polémicas más ácidas del 2004.
Michael Powell, director de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) de Estados Unidos, encabezó una cruzada por la "decencia" en la televisión, que derivó en una multa millonaria de $550.000 para la cadena CBS -que transmitió el Super Bowl- y la prohibición para que MTV vuelva a producir, en el futuro, el intermedio artístico de la final del futbol americano.
La ola de la autocensura
El asunto no se quedó ahí, pues el "destape" provocó que las cadenas televisivas se autocensuraran ante el temor de sanciones, lo que significó que las transmisiones de los premios Grammy y Oscar se dieran con varios segundos de diferido, a fin de poder controlar gestos y palabras comprometedoras por parte de los artistas.
La industria de los electrodomésticos sacó provecho de la ola de puritanismo al lanzar el primer reproductor de DVD que permite censurar escenas "pasadas de tono" de algunas películas.
Con los meses se creyó que el drama había disminuido, hasta que en noviembre, 66 estaciones afiliadas a la cadena ABC decidieron no transmitir el filme Salvando al soldado Ryan , por temor a condenas debido a la violencia de la película que Steven Spielberg hizo sobre el desembarco aliado en Normandía, en la II Guerra Mundial. ¿Y Janet? Sacó un nuevo disco del que ya nadie se acuerda.