SE RUMORABA QUE Luis Carlos Vásquez iba a montar Las mujeres sabias, de Molière, con puros hombres, y no fue cuento. La puesta se estrena mañana en el Teatro de la Aduana y, en efecto, no hay una sola mujer sobre el escenario, aunque la vista nos intente decir lo contrario.
Las mujeres sabias fue estrenada el 11 de marzo de 1672 en el Teatro del Palacio Real, de París, por el célebre comediógrafo y director francés. Molière mete aquí punzadas a los defectos humanos, a las costumbres de su tiempo y a la tiranía de algunos padres con sus hijos.
Que hombres se vistan de mujeres sobre el escenario tiene un antecedente más allá de la complicada tarea de atarse el corpiño y pintarse las pestañas: tiene que ver con una antigua tradición teatral. "En muchísimas ocasiones, las leyes prohibían la participación de mujeres en las representaciones teatrales porque consideraban que estas eran inmorales e impropias del sexo femenino", afirma la Compañía Nacional de Danza (CNT), en un comunicado.
Aunque Luis Carlos Vásquez asegura que esta puesta bien pudo haber contado con el desempeño de actrices, lo que se quería era celebrar los 30 años de la CNT con una representación diferente, algo que despertara interés y -¿por qué no?- hasta levantara polémica. "Este es teatro clásico. El mismo Molière acostumbraba poner hombres a interpretar papeles de mujeres, incluso en la puesta original, para el papel de Filaminta, escogió un hombre", explica Vásquez.
Aunque algunos sectores ya se habían manifestado contra este "experimento", el director afirma: "El que mira con prejuicios este tipo de teatro, se salta la historia del teatro. Nos interesa el público, que reaccione: esto es parte del teatro", agrega.
Por otra parte, y dejando de lado el asunto del vestido, hay que rescatar el trabajo histriónico que implica que un varón se transforme en señorita o señora sobre el escenario. "Se trata de un trabajo serio, sobre la interpretación del actor ante el personaje femenino, sus características sicológicas y sociológicas, ubicándolas en la época, en un ambiente molieresco: una suma de las investigaciones del autor, la música, las atmósferas de su tiempo", agrega el comunicado de la CNT.
El elenco lo conforman doce varones: Francisco Alpízar, Randall Azofeifa, José Manuel Elizondo, Mariano González, Jaime Gutiérrez, Juan Madrigal, Melvin Méndez, Carlos Ovares, Arnoldo Ramos, Ernesto Rohrmoser, Fabián Sales, José Luis Solano; de estos, cinco, asumen papeles femeninos.
Llevar a Molière a un escenario tico fue un trabajo de meses y de investigación que llevó al director al lugar de los hechos: París. "Hicimos una investigación del montaje, estuvimos viendo diferentes materiales del autor, las veces que esta obra se ha puesto anteriormente, e investigamos la parte musical. Además, vimos películas sobre costumbres, obras y escenarios de aquella época", comenta el director.
Todo el vestuario fue cortado con patrones originales del siglo XVII, y estuvo en manos de Rolando Trejos. La música corresponde a Bernal Villegas, el escenario a Pilar Quirós, y la asistencia de dirección a Eugenia Chaverri.
Con esta puesta, la CNT celebra su trigésimo aniversario, que coincide con la primera vez que esta compañía llevó una obra a las tablas: Juego de pícaros damas y cornudos, de Miguel de Cervantes, puesta estrenada en Liberia el 22 de junio de 1971. Además, este aniversario corresponde también al Año de la Comedia, que se inició con las Fisgonas de Paso Ancho y continuará con El pavo, de Feydeau, y La ronda, de Arthur Schnitzler. Así pues, hay risa para rato.