SUBIR, SUBIR Y SUBIR. Para llegar a La Condesa hay que subir. Un letrero en el centro de Heredia nos indica que hay que tomar a la derecha y... subir. El camino es un coctel zigzagueante de callecitas estrechas, pueblos dormidos, frondosidades de bosques a las orillas y ráfagas de neblina que los atraviesan dispuestas a pararle el pelo a cualquiera.
Entre todos los letreros de bares y restaurantes, la luz alta nos ayuda a distinguir el de nuestro lugar de destino. ¿Será hacia la derecha o a la izquierda? Aquí, todas las calles se parecen.
Por fin, y después de unos veinte minutos desde que pasamos por el centro de Heredia, llegamos a La Condesa, impresionados de que una edificación de tales magnitudes logre esconderse tras la montaña.
Preguntamos por un tal Mirador de la Cava del Conde. La ceremoniosa tranquilidad de este albergue nos hace dudar de que encontremos música en vivo, como lo anuncia la publicidad, pero estamos dispuestos a confirmarlo. "Al fondo a la izquierda", nos responde el recepcionista.
Hay que hacer una pausa en la entrada para apreciar la frialdad de la figura que nos recibe: es una armadura que se parece a las que salen en las caricaturas de Olafo. Dicen que es una copia fiel de las que usaban los caballeros de la Edad Media. Si todavía las hacen, deben de valer una fortuna.
Dentro, la barra es lo primero que aparece: está repleta de hombres en saco y de turistas que ríen a carcajadas. El frío de fuera se nos quitó de encima; el lugar es cálido, y la decoración se presta para ello: asientos de madera y acolchados, bancos altos y otros bajos, decorados de hierro forjado, velas... Nos sentimos como en un sótano muy al estilo medieval.
De inmediato nos anuncian que somos las reinas (¿o las condesas?) de la noche: hemos llegado en ladies night, y hay dos bebidas de cortesía, música en vivo y no pagamos entrada Ðsuficiente en época de igualdad realÐ. Otras y otros ya lo sabían, y poco a poco llegan. Mientras tanto, el grupo Cero Estrés alista los chunches para subir al escenario.
En el fondo, el mirador tiene la cara viendo hacia San José, una capital que de noche se convierte en bombillas de luz. La gente bebe, come y bebe.
El Conde invita
La Cava del Conde tiene apenas dos meses de haber abierto sus puertas; antes cumplía funciones de salón para reuniones. En La Condesa hacía falta un lugar para el Conde, y la cava era ideal. "A mitad del siglo XVI, los castillos y las casas de los condes tenían bodegas ÐcavasÐ donde se degustaban vinos y otras bebidas", comenta Esteban Sanz, gerente.
Cuenta Sanz que, una vez que se tomó la decisión de darle al Conde un espacio, apenas transcurrieron tres meses para que el lugar abriera, por lo que diseño y decoración se hizo en tiempo récord.
La idea era muy sencilla: había que ubicarse en la Edad Media.
"Por Internet mandamos a traer la decoración desde España, específicamente a la Real Fábrica de Armas de Toledo, una institución muy antigua. Ahí se hizo la espada del Cid y de muchos grandes caballeros, y se fabrican los sables del ejército español", recuerda.
En La Cava hay una reproducción exacta de la espada del Cid Campeador y de la del rey Alfonso el Sabio. También se encuentran copias de muebles usados en los palacios. Para esto hubo que echarle un ojo a los libros de historia Ðde eso se encargaron Sanz y el arquitecto Carlos AlbaniÐ.
La Cava abre sus puertas después de las 6 p. m., todos los días. De domingo a miércoles, las noches transcurren tranquilas y acogedoras, con ese frío típico de la montaña, apenas para conversar y tomar algo. Los jueves, viernes y sábados, la música en vivo despierta intenciones que encuentran terreno fértil en la pista que está frente a la tarima.
La atención de los meseros nos hace sentir como en casa, y nosotros, que ya debemos marcharnos, prometemos volver con más tiempo.
Una vez fuera, la llovizna Ðque el guarda define como "pelo de gato"Ð nos pone la piel de gallina y nos recuerda que aquí, bajo la noche, las cosas no son tan cálidas. Ahora, para volver a casa, hay que bajar, bajar y bajar.
Cómo, dónde, cuándo
Lugar: El Mirador de la Cava del Conde.
Dirección: Hotel La Condesa, en San Rafael de Escazú (contiguo al castillo Country Club, carretera al Monte de la Cruz).
Horario: De domingo a jueves, de 6 p. m. hasta medianoche. Viernes y sábado, hasta las 2 a. m. (aunque depende del ambiente que haya).
Actividades: Los jueves hay ladies night, con cortesías para damas, y música en vivo. Los viernes son de noche romántica, con música en vivo; los sábados, de música en vivo con varios artistas.
Teléfono: 267-6000.