Emeterio Viales: El que todo lo arregla... ¡y todo lo enreda!

“Una vez agarré un cable d’acero, un ancla como anzuelo, un chancho e’carnada y lo amarré al rabo de mi yeguilla, pa’sacar de Caldera un pez tan grande que esfondó dos metros el mar y solo la foto pesó siete kilos, porque no había romana que lu’aguantara.” ¡Chingo e’jetón! Solo Emeterio Viales puede ser tan rajón. Este viejo ‘confisgao’ llegó a San José desde Zarcero y se metió a la Universidad de Costa Rica como huecólogo.

Allá por 1970 era el único experto en esa carrera: cavar excusados. “La dejé porque todo el mundo se cagaba en mi trabajo”. Y como el chancho tira al monte, se fue para San Carlos, a probar suerte en La Fortuna.

En esos andurriales encontró esposa, engendró un hijo y mejor volvió a la capital porque tenía el don de componer música folclórica, recitar coplas y decir rajonadas.

Emeterio es capaz de echarse un pulso con Tío Conejo, a cual más de mentiroso, jetón y exagerado. Vean si es cierto que hasta tiene un doble,¡Sí!, igualitico a él solo que sin chonete y pañuelillo rojo en el gañote. Se llama Juan Rafael Sandoval Villalobos y le hace los mandados.

Los dos conviven en el mismo cuerpo, pero tienen personalidades diferentes; Juanra es serio, responsable, tímido y un poquillo jodido de los ojos. Emeterio es el tico sabelotodo, la última chupada del mango, la pomada canaria y se tira al que puede y se deja.

Como el Dr. Jeckyll y Mr Hyde, pero sin tomarse ninguna poción, Juanra se convirtió en Emeterio la vez que Miguel Salguero montó El fogón de doña Chinda, comedia costumbrista de los años 80, y le atolló ese nombrecito que con los años le daría fama y su buena buchaquita. Aunque le va bien, no es un langaruto.

Ya antes cantaba en las cogidas rasgaba la guitarra e improvisaba canciones. Compuso piezas para Lencho Salazar, viajó a Nueva York y poco a poco se fue metiendo en la naciente televisión tica.

Siendo Emeterio le fue mejor. Incluyó chistes en su repertorio y en el programa radiofónico La Patada inventó las rajonadas, que son –junto con su risilla socarrona – el sello que lo distingue de otros humoristas folclóricos.

A lomos de su yeguilla y acompañado de su fiel perro Carbonato,patió mundo por los yunaide estates, ya fuera en Nueva York, Los Ángeles o Texas. Grabó cuatro cidis con sus rajonadas y le escribieron un libro de coplas, del cual no quiere acordarse ni del autor.

“Hacer reír es lo más serio que hay en la vida” dice Emeterio por boca de Juanra. Cero Poses los pescó y ambos se mandaron con una larga y otra corta.

--¿Quién es Emeterio?

--Juan Rafael Sandoval Villalobos, pero en la cédula aparezco como Emeterio; así me bautizó Miguel Salguero porque él tenía un personaje con ese nombre en Gentes y Paisajes; como hacía de polecía se le pareció y así me quedé.

--¿Le gusta el nombrecito?

--¡Nnmmmbre! Si mis papás me hubieran puesto así seguro que me habría revolcado en piedras o en arena pa’ que se me borrara.

--¿Cuál es la edad de Emeterio?

--Sin jetear 85 años.

--¿Qué identifica a Emeterio?

--La risilla; es invención mía, la uso desde los años 80.

--¿Cómo es Juan Rafael?

--Lo opuesto a Emeterio. Serio, tímido, callado y realista.

--¿A qué se dedica?

--Soy folclorista, cuento chistes, digo rajonadas y coplas, canto, vivo del humor.

--¿Es un sabelotodo?

--Juan no, pero Emeterio sí, porque es un campesino inteligente; conoce de agricultura, de ganadería, nunca se lo tiran, sale bien librado de todos los trabajos y embarca a todo el mundo, hasta a los deputaos. Se rueda al que puede.

--¿Y Emeterio?

--Un rajón en todo lo que hace y dice. Es el tico de a verdad que se cree sus propios cuentos. En el trabajo es arrechísimo y ni qué decir con las viejas. Lo mismo come en el Club Unión que en el mostrador de la pulpería. Es un igualado y un sobrado.

--¿Cómo llegó Juan Rafael a la ciudad?

--Nací en Zarcero hace 63 años y me vine para San José a los 22 con un amigo. Mis padres, Amado Sandoval y Adelia Villalobos, tenían una finquita donde entraba una yegua y dejaba el rabo afuera. Éramos peones y andábamos en busca de nuevos rumbos. Él encontró trabajo de guarda en la Universidad de Costa Rica, yo de huecólogo.

--¿Qué hacía?

--Excusados. Era muy feo porque todo mundo se cagaba en mi trabajo. Cobraba tres pesos por medio día y 50 céntimos más por el hueco.

--¿Dónde vive ahora?

--En San Francisco de Heredia junto con los Sánchez y los Arias, es más, don Rodrigo llega a veces a pedirme azúcar porque se le acabó, aquí tengo el número y ya lo llamo pa’ que vea que no es jetonada. La casita es pequeña, se la debo al banco.

--¿Tiene familia?

--Viví en La Fortuna de San Carlos. Ahí empecé a volar machete y rodajear las faldas del Volcán Arenal; en ese lugar me casé con Aurea Chacón, una mujer muy bella, inteligente y especial. Tenemos un hijo, Johnny, que es médico y una nietecita, que no se cómo se llama. El vive en Curridabat y Aurea en Alajuela. Nos separamos y yo he vivido en unión libre pero ahora estoy solo. Oigo ofertas.

--¿A qué le teme?

--Emeterio a nada, yo a las culebras. En San Carlos agarré una “mano’e piedra” de medio metro y gruesa como un banano ¡Qué bicho más feo!

--¿Fue a la escuela?

--A duras penas llegué a segundo grado. Padecía de la vista y me dolían mucho los ojos, pegaba gritos y la maestra pidió que me sacaran. Fui a la escuelita de Barranca de Naranjo. Duré ocho años pa’curarme y dicen que tenía como un microbio y por eso el ojo me lagrimeaba.

--¿De dónde saca lo chistoso?

--En las cogidas de café comencé a componer canciones; escuchaba en un radio viejo a Olegario Mena y a Rafela. Tenía ese don de hacer reír.

--¿A quién se las componía?

-- Le hice muchas a Lencho Salazar: El Samuel, Rosario del Niño, La Carta, El matrimonio mal hecho, Amor de cafetal.

--¿Cómo entró a la tele?

-- En 1980 con Miguel Salguero en El fogón de doña Chinda. Llegué como compositor de música folclórica y de ahí pasé a otros programas. Ese año fui a Nueva York con Lencho, hacía la presentación musical y tocaba la guitarra; no contaba chistes. Y en el 88 comencé a jugármela solo.

--¿Hizo otros programas?

--Bastantes. La remendona, en canal 13; Un regalo navideño para la televisión alemana; La negrita, una película con artistas mexicanos; La familia Mena Mora. Ahorita hago Las aventuras de Emeterio, en canal 14 de San Carlos y Pérez Zeledón. Lo produzco todo, hasta busco los anuncios. Inicié otro en canal 13: La pulpería; hago de polecía.

--¿Ese es su fuerte?

--Lo mío son las presentaciones personales. Fui el primer tico en salir en Sábado Gigante, con don Francisco. Me llevaron a Chile con todos los gastos pagos y me gané $1.500. Ahora envié unos videos para ver si vuelvo, pero a Miami. También actué en Nueva Jersey, Los Ángeles y Texas. En el estadio de los Gigantes de Nueva York salí con Maribel Guardia.

--¿Se gana con los chistes?

--Paso muy ocupado, hay tiempos buenos y malos, casi siempre me contratan en las empresas y cobro bien, el humorismo es bien pagado. No me gusta hablar de lo que tengo, prefiero decir que ando en bus y no rajar.

--¿Qué lo hace diferente?

--Todas las rajonadas son originales. No saco chistes de Internet, los cuento a mi estilo.

--¿Mañanea tempranito?

--A las 3:30 estoy de a tiro porque tengo que estar en la radio de 5 a 9 a.m., ahí tengo dos programas: El mañanero en Radio Omega, de 5 a 6 de la mañana, todos los días y El Manicomio de la Risa, con Carlos Alvarez; de 6 a 9 a.m. y voy con otro a la medianoche, El taxista.

--¿Se pasa de tono con los chistes?

--Si el público se presta me rajo como calzón podrido. Soy un campesino pícaro pero no vulgar. Puedo contar chistes para la gente joven, niños o señoras. Si el público lo permite hago chistes bravos, pero me acomodo hasta en una iglesia. No hago chistes contra mujeres, extranjeros, discapacitados y nunca me burlo de nadie, solo de mí.

--¿Por qué habla así?

--La manera particular de hablar de Emeterio nació en El fogón de doña Chinda. En el campo hablamos así, somos atravesados y nadie me critica por decir “una caida”; veo carajos en la televisión que dicen cada yeguada.

--¿Usted es puro maiz?

--Toda Costa Rica es campo; uno está en el centro de San José, camina diez minutos y llega a un cafetal. Somos maiceros y aquí hasta el más entendio es un sampaguabas.

--¿Emeterio es rajón o jetón?

--Exagerado más bien. Es que los ticos mentimos por costumbre, nadie dice la verdad, si nos dan sopa de mondongo, solo la de mi mama es rica; si uno vende un carro, tiene un motorzaso; se jué de vacaciones, jartó, tragó guaro y mujereó hasta caer muerto.

--¿De dónde inventa tanta historia?

--Pura imaginación y escuchar a la gente. Voy hilando, mezclando hechos y dichos. Nunca he leído un guion, ni en La patada donde Parmenio Medina era tan delicado, ahí yo decía mis caballadas.

--¿Qué le da miedo?

-- Emeterio no le tiene miedo nadie, es valiente. Juan Rafael sí teme decir algo fuera de tono, meter las patas.

--¿Su personaje lo opacó?

--A veces se me cruzan los cables, pero siempre sé quién es cada uno. Para todo el mundo soy Emeterio, hasta en la cédula aparezco así y me hacen los cheques con ese nombre. Me gusta ser más Emeterio, pero valoro la vida de Juan Rafael, una persona sencilla pero rica en salud.

--¿Cómo se ve en varios años?

--Me siento más joven que cuando tenía 20 años. Mientras el corazón esté alegre el pellejo es el que se arruga.

--¿Qué come?

--De chayote para abajo lo que sea; si es gratis mejor y puede ser langosta.

--¿Tiene carro?

--¡Queeé! Carro tiene Óscar Arias...¡yo tengo una pelota de soldadura!.

--¿Cuáles son sus defectos?

--Juan Rafael es un acomplejado, no se, tal vez porque padecí tanto de la vista y andaba agachado y la gente pensaba que era un jumas y uno como que se aguevaba.

--¿Qué tonteras ha hecho en la vida?

--Muchas pero no me acuerdo; Emeterio siempre está en problemas, pero todo lo arregla y todo lo enreda.

--¿Si no fuera Emeterio, quién sería?

--Cuando chiquillo, en la escuela, me hubiera gustado ser piloto; era loco por los aviones, paso por un aeropuerto y me quedo viendo, fue un sueño de carajillo, pero no tanto como para pegarme a la malla del Santamaría y verlos despegar.

--¿Qué le dejó Emeterio a Juan Rafael?

--Estudio para mi hijo; plata para la familia y muchas amistades, viajar, ser bien recibido por todo el mundo, nunca haber ofendido a nadie.

--¿Piensa en el retiro?

--Ni por toda la plata dejaría de contar un chiste, esto es lo de uno, sufro si no pudiera volver a actuar; cada día trato de hacer algo nuevo para seguir vigente.