
Después de haber andado por prácticamente todo el país, el elenco del espectáculo Nadie me quita lo bailado se fue a bailar lejos.
Esta semana, la Compañía Nacional de Danza (CND) representa a Costa Rica en el Festival de las Artes de New Orleans, en Luisiana, Estados Unidos.
El festival -que comenzó el 8 de junio y se prolongará hasta el 13- reúne las más variadas manifestaciones y, según Carlos Ovares, director general y artístico de la Compañía Nacional de Danza, es una actividad muy importante porque tiene como objetivo el intercambio cultural entre los diferentes países. "Todos los invitados tienen que llevar propuestas artísticas propias de su lugar de origen", aclaró.
Mostrar las manifestaciones culturales es uno de los beneficios de asistir a este encuentro, pero no el único. "También es una oportunidad de promoción turística, que además nos da la posibilidad de conectarnos con otros festivales del mundo", agregó Ovares.
Todos. A Nadie me quita lo bailado le asignaron dos fechas para que muestre su propuesta. Su primer actuación fue ayer, sábado, y la segunda será hoy.
Esta es la segunda vez que la CND lleva la coreografía de Lilliana Valle, afuera: el año pasado la bailó en Trinidad y Tobago.
La participación de la Compañía Nacional de Danza en este festival es un esfuerzo de meses que requirió un intenso trabajo de recolección de fondos.
"Costa Rica tiene coreografías excelentes, vendibles en cualquier parte del mundo, pero desgraciadamente no existe el interés, las negociaciones o los acuerdos para facilitarlo", comentó Ovares.
A New Orleans viajó el equipo completo: 18 personas, entre bailarines y cantantes. Como invitados acompañan al grupo la cantante Vera Patricia y Jerry Ortiz, de la Academia Merecumbé.
Dentro de su programa Espacio Urbano la Compañía Nacional de Danza inauguró hace dos años Nadie me quita lo bailado, una historia a ritmo de swing y bolero . El montaje es el resultado de una investigación de nuestra danza popular que se hizo en coordinación con salones y academias de baile popular.
El trabajo fusiona la danza contemporánea con el swing criollo y el bolero costarricense.
"La investigación le permitió al público la apreciación de un espectáculo que explora nuestra idiosincrasia a través de los grupos humanos que la habitan", dijo sobre el espectáculo el director de la CND.
La coreografía es un tejido de historias en un salón de baile, las cuales hablan de diversión, música, desahogo y hasta violencia. La protagonista es Lucrecia Mayo, una mujer agredida por su esposo, quien baila por no llorar.
Esta pieza es un trabajo de la coreógrafa Lilliana Valle, con música de Carlos Escalante y Bernardo Quesada, y guion y letra del actor y dramaturgo Melvin Méndez.
El espectáculo ha sido presentado prácticamente en todo el país con llenos totales. Solo el año pasado, por ejemplo, unas 10.000 personas lograron verlo.
Una de sus recientes presentaciones fue realizada en el marco del Festival Internacional de las Artes que se efectuó en la Estación del Ferrocarril al Pacífico, en noviembre del año pasado, y como en ocasiones previas, el lleno fue absoluto, y muchos se quedaron fuera.