Cuando Adam Riess y Brian Schmidt obtuvieron el resultado de que el universo se estaba expandiendo aceleradamente en lugar de estarse desacelerando, pensaron que habían cometido un error.
“Tratábamos de encontrar lo que no encajaba. Parecía demasiado increíble para ser verdad. Estábamos algo asustados”, manifestó Schmidt.
Repasaron los datos una y otra vez, pero no había duda: los cálculos eran correctos. “Pasé de ‘¡Oh, no, esto es un error!’ a ‘¡Dios mío, esta es la respuesta!’”, dijo Riess.
Por su parte, Saul Perlmutter, de la Universidad de Berkeley, había llegado a conclusiones similares.
“Nuestros estudios sobre las supernovas, encaminados inicialmente a medir la desaceleración de la expansión del universo bajo el efecto de la gravedad, demostraron en realidad su aceleración”, declaró el astrofísico a la prensa.
Al igual que les pasó en aquella ocasión, los tres estadounidenses se mostraron sorprendidos al recibir la noticia por parte de la Real Academia de las Ciencias de Suecia: Perlmutter, Schmidt y Riess se convirtieron ayer en merecedores del Nobel de Física del 2011.
“Tenía ciertas sospechas cuando comenzó a sonar la voz sueca. Comenzaron a fallarme las rodillas y tuve que ponerme a caminar para aclararme la cabeza”, comentó Schmidt a la agencia AP.
Esta vez tampoco fue un error.
“Ese resultado inesperado sugiere que la mayor parte del universo, alrededor del 75%, podría estar esencialmente constituida por una energía hasta ahora desconocida, llamada ‘energía oscura’, que causa la aceleración de su expansión”, dijo Perlmutter.
En vez de atraer, como lo hace la fuerza de gravedad, esa energía oscura más bien repele. Esto, en su momento, vino a replantear lo que los científicos creían que era que la fuerza de gravedad más bien frenaba la expansión del universo.
Perlmutter, por su lado, y Schmidt y Riess, por el suyo, estudiaban un tipo de supernovas conocidas como
Así fue como descubrieron más de 50 supernovas cuya luz era más baja que lo normal. Esa menor intensidad en su luminosidad indicaba que estaban más lejos de lo que se creía. “Era una señal de que la expansión del universo se estaba acelerando”, se lee en el comunicado de la Academia Sueca de Ciencias.
“Desde hace un siglo se sabía que el universo estaba en expansión tras el