Recibe el nombre de “carpo” el conjunto de ocho pequeños huesos de la mano que están más cerca de la muñeca, es decir, de la articulación que une la mano con el antebrazo. Los huesos del carpo que directamente forman parte de dicha articulación junto con algunos poderosos ligamentos, conforman un verdadero túnel, al que llamamos “carpal”. Por dentro pasan algunas delicadas estructuras; una de las más importantes es el nervio mediano, manojo de fibras conductoras de electricidad que viene desde el cuello hasta los tres dedos centrales de la mano. Las estructuras que forman el túnel carpal se pueden inflamar, sobre todo a consecuencia de esfuerzos repetitivos que se ejecutan al tejer, escribir o hacer otras labores manuales en exceso. Su inflamación comprime al nervio mediano, lo que produce dolor, entumecimiento y hormigueo. Estas sensaciones pueden presentarse desde el codo hasta los dedos. Tales molestias se llaman Síndrome del túnel carpal.