LO QUE UNO hace cuando entra a El Rancho del Chicharrón Meme Pajarito es, primero, tratar de encontrar un sitio libre y de inmediato despejar la incógnita de quién es Meme y qué habrá hecho para que le digan Pajarito.
Lo visitamos un viernes después del mediodía y el sitio está repleto. Preguntamos si hay alguna actividad y la mesera lo niega de inmediato: "no mi amorcito, así es aquí siempre".
La chicharronera es un chinamo enorme hecho de tablones de madera y latas de zing, ni siquiera tiene puerta. El suelo es una alfombra de piedritas pequeñas y las paredes, hechas de trozos de madera, no alcanzan el techo, sino que acaban antes para dar vista a la vegetación.
Las mesas hechas de troncos y tablones, también, son una idea del dueño, él las diseñó. Entre el inmobiliario andan unas cuántas bancas blancas pintadas de motivos típicos, nada va con nada pero todo calza.
Las mesas son una invitación a llegar en grupo pues todas están cercadas de bancos y sillas. De las paredes cuelgan las más disímiles decoraciones: una cachera, una bomba de atomizar antigua, una desgranadora de maíz y otros chunches.
Hay una señora mayor, doña Toña, que palmea tortillas en el centro del lugar junto a la mesa de futbolín que está cerca de la máquina de la que se sacan muñecos de peluche que su vez está a la par de la veterana rocola.
El sitio rompe con todas las reglas de etiqueta y cumple con las necesidades de los que quieren meterse a un lugar a comerse un gallito sin tener que arreglarse y sin que nadie lo vuelva a ver feo. Uno se siente como si estuviera en un turno de las fiestas de Liberia sobre todo si hace sol.
El padre de la criatura
Cuando descubrimos a Meme camuflado entre el personal de inmediato lo sentamos en el tronco contiguo al nuestro a que nos dé las explicaciones del caso. "Soy de los pájaros de Puriscal", afirma convencido. "Así nos dicen: mi abuelo era Marcial Pájaro, mi papá es Memo Pájaro y yo: Meme Pajarito". Y de inmediato remata para aclarar cualquier duda: "Eso sí, cien por ciento adicto a las mujeres".
- "¿Y cuál es su nombre?", preguntamos.
- "No, ni lo ponga porque nadie va a saber quién soy, ponga Meme Pajarito".
- "Pero dígamelo".
- "¿Para qué?"
- "¨Para saber".
- "Bueno: Misael Rodríguez", responde a regañadientes.
Según este hombre de 45 años y apariencia sencilla, su chicharronera es muy visitada por los chicharrones claro, pero en especial porque a él lo conoce medio mundo. "Mire, yo me paro ahí afuera y todo el mundo me pita para saludarme. Es que antes de esto trabajé de lava carros, fui cobrador y chofer de bus, tuve una carnicería y hace unos años estuve metido de promotor de la Feria del Chicharrón en Puriscal".
Con la venta de la carnicería compró el lote y armó la chicharronera con un diseño pensado por él. "Yo quería hacer algo tipo turno. Un lugar al que la gente viniera y se sintiera tranquilo. Aquí usted puede entrar en pantaloneta y en chancletas, en corbata o como sea", asegura.
El grupo de ejecutivos de Forum vestidos con manga larga que se pasa los gallos de chicharrón y chorizo por encima de las cabezas, confirma sus palabras.
El lugar, con poco más de dos meses de abierto, resultó ser un éxito. Todos los días son buenos pero, dicen, los viernes, sábados y domingos, son los mejores. Esos días la rocola es una de las más apetecidas después de la comida "Viera como se pone la gente cuando suena alguna piecilla vieja", afirma Meme orgulloso.
¿Y la comida? La oferta tiene como especialidad los chicharrones pero se extiende hacia otras delicias de la comida criolla como la costilla de cerdo con papas, hay carne en salsa, lengua, sopa de mondongo y albóndigas, picadillos de lo que quiera, gallos de lo que se le ocurra y gallo pinto con los más variados acompañamientos, entre muchas otras opciones. Todo típico, bueno y a muy buen precio.