Roberto Arnaz
Nueva York, 13 mar (EFE).- Black Sabbath, Blondie y Lynyrd Skynyrd ingresan hoy en el Salon de la Fama del Rock&Roll en un acto en Nueva York al que no asistirán otros de los elegidos, los Sex Pistols, que rechazaron el honor en la mejor tradición punk.
En una nota escrita a mano, y publicada hace días en su página web, el vocalista de los Sex Pistols, Jonnhy Rotten (que en ingles significa Podrido), no dudaba en calificar al Salón de la Fama de "meada", y a su museo de Cleveland de "pis en el vino".
En una entrevista a la cadena de televisión estadounidense ABC, el cantante confirmo además anoche lo que ya se sospechaba: que él y sus compañeros no asistirán a la ceremonia formal de ingreso en el Salón, que se celebrará esta noche por todo lo alto en el Waldorf-Astoria, uno de los hoteles mas exclusivos de la ciudad.
"Tenemos problemas con el Salón de la Fama desde hace tiempo. Nunca les importó quienes éramos y tampoco han corregido los errores sobre nuestra leyenda y legado en su museo. Rechazaron nuestra nominación tres años y ahora nos quieren", señaló Rotten.
Por su parte, Glen Matlock, bajista de la mítica banda punk, reconocía al periódico británico "The Independent" que "inicialmente estaba ilusionado con la propuesta" pero que cambió de opinión cuando le quisieron cobrar por llevar a sus hijos al evento.
"No tiene nada que ver con las bandas de música, es sólo una oportunidad de hacer dinero para un grupo de multimillonarios sin escrúpulos", aseguró el viejo rockero.
Con su actitud, los Sex Pistols han hecho gala una vez más del carácter que les hizo famosos en los setenta, durante su corta pero exitosa carrera de poco más de dos años en la que editaron un álbum y cuatro discos sencillos.
En un comunicado, Susan Evans, directora ejecutiva del Salón de la Fama del Rock, quitó hierro al asunto asegurando que los Sex Pistols "sigue siendo los escandalosos punkies que fueron", y que, al fin y al cabo "de eso se trata el rock and roll".
Quien sí ha asegurado su presencia al acto es Ozzy Osbourne, cantante de Black Sabbath, la banda británica que a finales de los años sesenta acuñó el concepto de heavy metal y cuyo legado se considera crucial en este género.
Osbourne también había criticado en el pasado el Salón de la Fama pero, al parecer, ha cambiado de opinión.
El cantante de Blak Sabbath llegó a calificar en 1999 el Salón de "totalmente irrelevante, al no ser votado por fans" y pidió entonces que su grupo no volviera a ser considerado para el futuro como posible miembro de ese selecto club de músicos.
Uno de los momentos más esperados esta noche será la aparición de Blondie, representante de la nueva ola neoyorquina de los 80 y que como el resto de grupos seleccionados que asistirán a la ceremonia ofrecerá una actuación en el hotel neoyorquino.
La incógnita gira en torno a cuales serán los integrantes del grupo que suban al escenario, después de que dos de sus miembros, Higel Harrison y F
rank Infante, demandaran a sus compañeros tras ser excluidos de la formación cuando en 1999 fue reformada.
La cantante y líder del grupo, Deborah Harry, aseguró tajante que Harrison e Infante no tocarán esta noche con el resto de la banda.
La inclusión del trompetista de jazz Miles Davis como miembro del "olimpo del rock", ha sido otro de los focos de polémica en la elección de este año.
Muchos consideran que Miles supuso una gran influencia en el rock pero no puede ser considerado estrictamente como una estrella de ese tipo de música, debido a su formación en la música jazz.
Un comité de seiscientos expertos, entre los que figuran músicos, críticos y estudiosos del rock, deciden anualmente las incorporaciones de solistas y bandas al Salón, que se creó en 1983.
La institución tiene su sede en Cleveland (Ohio), donde cuenta con un museo en el que se muestran los recuerdos, vestuario e instrumentos originales de las estrellas de rock a lo largo del medio siglo de vida de ese genero de música. EFE
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