Madrid, 21 dic (EFE).- El pintor Juan Barjola falleció hoy, a primera hora de la tarde, en el Hospital Ruber Internacional de Madrid donde se encontraba ingresado a causa de una caída que sufrió hace unos días, informaron a EFE fuentes próximas al artista.
Barjola, de 85 años y nacido en Torre de Miguel Sesmero (Badajoz, oeste), fue Premio Nacional de las Artes Plásticas en 1985 y a lo largo de su larga trayectoria ha recibido numerosos galardones y goza de importante reconocimiento nacional e internacional.
Autor de una obra desgarrada y rabiosamente expresiva en la que muestra la realidad sin velos, Barjola ha sido uno de los destacados pintores incluidos en el tremendismo de la escuela española.
El artista vivió en su Badajoz natal la guerra civil (1936-39) que marcó su vida e impregnó dramáticamente su pintura, pero su mirada no sólo es dramática, es a la vez, y a juicio de los críticos, tierna y compasiva.
Tras cursar estudios en la escuela de Artes y Oficios de Badajoz, siguió su formación en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid. En 1957 celebró su primera exposición individual, en la Galería Abril, de Madrid, y ese mismo año ya expuso en el extranjero. En 1960 una beca de la fundación Juan March le permitió viajar por Bélgica y Francia.
En la década de los cincuenta su obra era ya muy personal, y se ceñía a la figura humana definiéndola en sus contornos. Es a partir de entonces cuando comenzó a dedicarse plenamente a la pintura y proyectar su obra en el extranjero a través de exposiciones individuales en la Feria de Nueva York, bienales de Venecia, Sao Paulo, Alejandría y Tokio. Posteriormente seguirían exposiciones en Alemania, Estados Unidos, Bruselas y Puerto Rico.
En 1963 celebró una exposición en la Dirección General de Bellas Artes de Madrid que supuso su consagración para la crítica y el público que vieron en él uno de los valores más representativos del arte contemporáneo español.
A lo largo de su trayectoria artística su obra pasa por diferentes etapas, aunque todas ellas enmarcadas en la línea figurativa. Tras un paréntesis de abstracción en 1959, su pintura vuelve a la figura y a una búsqueda de expresividad casi violenta, mientras que en los sesenta su pintura se tiñe de un cierto surrealismo y sus figuras sufren una deformación.
A finales de los sesenta pasa por el realismo crítico y en los setenta el carácter dramático de su pintura se compensa con una mayor alegría y viveza del color, que adquiere un papel preponderante. Ya en los ochenta su expresividad domina la composición.
Su obra puede incluirse dentro del expresionismo subjetivo; sus cuadros encierran significaciones dramáticas, irónicas y sarcásticas que caen muchas veces en el campo de lo surreal, pero con un carácter más humano. Su compromiso social se refleja en la temática, con la que pretende testimoniar a los demás las lacras de la sociedad: la guerra, la miseria, los suburbios, la opresión política y social.
Su estilo ha ido evolucionando, dentro de unas coordenadas básicas, hacia una ejecución más dinámica que se refleja en los gestos y el vivo ritmo que alcanzan sus últimas composiciones.
De sus obras más importantes, merecen mención según la temática "Tauromaquia y palos" , "Mundo onírico" , "Escenas de guerra", "Perros y perreras", "Suburbios", "Maternidades", "Magistraos", "Crucifixiones", "Cráneos de toro", "Retratos apócrifos" y "Composiciones y figuras".EFE
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