
Tiene 43 años, uno de los trabajos más difíciles en el Gobierno y un temple harto probado... pero siempre a prueba. Con decenas de kilos menos que hace un año y una agenda de trabajo que a menudo le consume los días con sus noches, Rogelio Ramos Martínez, ministro de Seguridad, parece estar vacunado contra las críticas y los serruchos en política y la indecisión... pero no contra el sentimiento que le provoca el dolor ajeno, el que presencia un día sí y otro también.
-De niño, ¿jugaba a policías y ladrones?
-No; no nos daba por ahí. Más bien era la época de las canicas y de jugar futbol a campo abierto.
-¿Cruzaría San José solo, a pie, a las 10 p. m.?
-¡Ya lo he hecho! Decenas de veces. Fue la única forma de detectar dónde estaban los mayores problemas y descubrí que las horas más críticas no son las más solitarias, sino entre 5 y 7 p. m.
-¿Cuál ha sido la mejor dieta que ha hecho?
-La de, finalmente, aprender a comer.
-¿Ha tenido que dispararle a alguna persona?
-No, y espero no tener que hacerlo nunca.
-¿Le recomendaría a un hijo suyo ser policía?
-Sí, claro.
-¿Qué medida de seguridad aplica para evitar la serruchada de piso?
-Básicamente la transparencia y el diálogo franco.
-¿Cree en las amenazas de muerte hechas al presidente Pacheco?
-La valoración no es creer o no creer, sino tomar medidas de prevención para que jamás ocurra.
-¿Lo desvelan (en el sentido literal del término) los problemas del Ministerio?
-Totalmente. Es un trabajo de 365 días al año, días con sus noches.
-¿Dice malas palabras?
-( Se queda serio, luego balbucea una explicación y finalmente afirma con contundencia, entre risas ): ¡Sí! Con frecuencia.
-De no haberse dedicado al tema de la seguridad y la policía. ¿qué sería hoy?
-Siempre quise ser ciclista profesional y competir en Europa. ( Como parte de su entrenamiento físico actual, esporádicamente viaja hasta Puntarenas solo, en su bicicleta. Dice que nadie se percata de que es él por el casco y se queja de que muchos choferes le lanzan los camiones como a otros ciclistas ).
-¿Ha llorado ante desenlaces tan dramáticos como el del secuestro de la Embajada de Chile o el asalto de Monteverde?
-Por supuesto, muchísimo, después del desenlace porque durante la crisis uno está inmerso en la adrenalina y en resolver. El caso que más me ha dolido fue el de José Pablo Marín, quien fue secuestrado y asesinado en Moravia.
-¿Le gustan las películas policíacas? ¿Su favorita?
-Policíacas no. La película que más me ha impactado es Más allá de los sueños , con Robin Williams y Cuba Gooding Jr.
-¿Qué sería más perjudicial en su puesto ¿un bajonazo del carro o un bajonazo de piso?
-( Lanza una carcajada ) Pienso que un bajonazo de carro porque todo el mundo diría: 'Diay, cómo que al propio ministro le robaron el carro'. Un bajonazo de piso, a estas alturas... ya no.
-En un país tan pequeño, ¿de verdad los altos funcionarios logran guardar los secretos de Estado?
- ( Piensa ...) Sí, pero porque nadie se los pregunta. A mí nadie me pregunta detalles de ese tipo.
-¿Sería Presidente de Costa Rica?
-Sí. ¿Por qué no?