Naomi. A la extraordinaria actuación de Naomi Watts se la acompaña la presencia dramática, con tinte de tragedia lírica, del actor Edward Norton. Con ambos tenemos una cinta formidable con la intensidad del mejor drama y con la pureza del buen melodrama. Ambas especies de géneros tienen tacto lírico para narrar una encendida historia de amor.
Trama.
Al otro lado del mundo –con dirección de John Curran– describe una historia de amor ambientada en los años 20, entre Inglaterra y China. Es la historia de Walter (Edward Norton) y de Kitty (Naomi Watts). Ellos se casan por motivos distintos, ella por salir de su casa, él por amor, y se establecen en Shanghái.
En esa exótica ciudad, Kitty se enamora de otro hombre, casado. Cuando Walter descubre la infidelidad de su esposa, como venganza acepta trabajar en un remoto pueblo de China, azotado por la epidemia del cólera. A su pesar, Kitty se ve obligada a acompañarlo, porque su amante la abandona.
Intimidad. Ahí se entreteje un vehemente relato intimista de pasiones encontradas con el drama social de un país –China– que cambia políticamente: tiempos de revolución. La admirable y expresiva fotografía de Stuart Dryburgh es daguerrotipo del subjetivismo romántico y trágico presente en el filme. De igual manera le corresponde una música extraordinaria.
Horario. En la Sala Garbo, Al otro lado del mundo se exhibe en funciones de 2:45, 4:50, 7:00 y 9:10 p.m., con precio en boleto de ¢1.700. Más información, la obtiene por el número telefónico 222-1034.
En esta película, el viaje más largo es la distancia por recorrer entre dos personas en contradicciones.