EscucharEl Mercurio de Chile (GDA). El fenómeno es conocido como “i-dosing” y fue descubierto en un colegio en Oklahoma, Estados Unidos, hace un par de semanas. Un trío de estudiantes fue llevado a la oficina del director pues parecían drogados. Ellos explicaron que su conducta se debía a que habían escuchado sonidos descargados por Internet.
La alerta se prendió de inmediato, y aunque no hay estudios que avalen que estos sonidos podrían producir un efecto semejante al de una droga química, los adolescentes parecen estar tomándoselo en serio.
Parte del juego consiste en grabar un video que los muestre cómo se comportan durante una dosis de estos sonidos, para después subirlo a Youtube.
Así que si uno escribe “i-dosing” o “idose r” en este sitio, verá una larga lista de videos donde los adolescentes experimentan algunas contorsiones mientras están en su dosis.
"Nunca había escuchado de esto, y si actúa como una droga o si ese sonido tiene un efecto a nivel neurobiológico, eso no lo sabemos. No hay estudios que concluyan algo así", dice el psiquiatra Alejandro Maturana, de la Sociedad de Psiquiatría y Neurología de la Infancia y Adolescencia de Chile (Sopnia).
Lo que Maturana más bien se inclina a pensar es que se trata de un efecto placebo o del poder de la sugestión. "Esto juega con la percepción en algunos adolescentes que pueden ser vulnerables", agrega.
Y por vulnerabilidad, en este caso, habría que entender a jóvenes que tienen "menos recursos para poder analizar esta situación y mirarla con distancia", dice Maturana.
Y el análisis es aún más complicado cuando está la influencia de los pares o la moda. "La sugestión que se va comunicando unos a otros", agrega.
Aunque parece ser una actividad inocua o sin consecuencias, al psiquiatra le preocupa que haya otras intenciones detrás. "Es importante que los papás estén atentos a estas conductas, pero también a ver si es una cortina para otro tipo de situaciones de riesgo para los jóvenes. De qué manera esto puede ser un vehículo para otras cosas. Por ejemplo, engancharlos a otras páginas de venta de drogas".
Desde la perspectiva del sonido, Roberto Muñoz, director de Ingeniería en Sonido de Inacap, también dice que no hay herramientas para pensar que estos sonidos tengan un efecto semejante al de una droga.
Pero advierte: "hay tratamientos que se basan en las ondas sonoras. Las personas tenemos líquidos, huesos, y con el sonido, resuenan o vibran y pasan cosas. En eso se basa la músicoterapia. También la música ayuda a crear estados de ánimo distintos. Pero esto, no sé".
Los sonidos que se ofrecen en Internet se llaman también tonos binaurales. Al escucharlos, el cerebro humano los transforma en algo diferente. "Es una forma de jugar con la percepción del sonido. Es interesante, pero no tiene absolutamente ningún efecto en tu percepción del placer o ninguna otra sensación como se ha dicho", afirma el profesor Brian Fligor, director de diagnóstico auditivo de un hospital para niños de Boston.
