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El extraño caso de cónyuge

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Si ustedes, estimados lectores, retroceden -unos más y otros menos-, por unos momentos, el videocasete mnemónico de sus vidas y lo detienen exactamente donde recibían sus primeras clases de lectura con la niña Pochita, oirán muy claramente las sabias explicaciones de su maestra: la g tiene dos sonidos diferentes; uno, ga, go, gu, como en gato, goloso, gusano, y otro, ge, gi, como en gente, gimnasia... Y, cuando se quiera dar a ge, gi el sonido de ga, go, gu, debe ponerse una u: gue, gui, como en guerra, guitarra...








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