La deportista más vérsatil en la historia del atletismo, la estadounidense Jackie Joyner-Kersee, vio ayer esfumarse sus esperanzas de una tercera medalla de oro consecutiva en el heptatlón olímpico debido a lesiones.

Joyner-Kersee, quien competía en su cuarta olimpiada, se retiró debido a lesiones luego de la primera competencia, los 100 metros con vallas.
La norteamericana dejó el estadio para recibir tratamiento médico, mientras rehusaba contestar preguntas sobre su lesión o si podrá participar en el salto largo, para el que está inscrita.
De 34 años, Joyner, quien tiene un largo historial de problemas musculares, corrió la distancia con su muslo derecho fuertemente vendado y se vio adolorida cuando saltó la novena y penúltima valla.
El impulso que traía la hizo pasar la valla final y cojeaba cuando cruzó la meta. Aunque ganó su serie con 13,24 segundos, iba en segundo lugar en la puntuación general, detrás de la alemana Mona Steigauf.
Joyner ganó la medalla de plata en el heptatlón de los Juegos de Los Angeles de 1984 y la de oro cuatro años después, en Seúl; repitió la presea dorada en Barcelona en 1992.
También ganó en Seúl la medalla de oro en el salto largo, y logró dos títulos mundiales en el heptatlón y dos en salto largo. Además, es plusmarquista mundial del heptatlón.
Es dueña del récord mundial del heptatlón, con 7.291 puntos obtenidos en Seúl en 1988, y tiene los seis registros más altos de todos los tiempos en esa especialidad.