Nació 1707
Murió 1788
Profesión: naturalista y escritor
Nacionalidad: francesa
Fue uno de los hombres más ilustres de la época. De muy alta posición social y económica, dedicó más de 50 años a la redacción de su monumental obra, Historia natural, con la que revolucionó las ciencias naturales y ordenó los conocimientos de su tiempo de acuerdo con los métodos racional y experimental. Fue el primero en formular hipótesis generales basadas en hechos comprobables y destinadas a ilustrar y orientar la experimentación. Claro y preciso en el uso del idioma, en el Discurso sobre el estilo que pronunció en su ingreso a la Academia, se encuentra la célebre fórmula El estilo es el hombre.

Su biógrafo, el profesor Mario Gliozzi dice: su obra, como su vida y su persona, constituyen una manifestación del culto a la magnificencia: continente noble y altivo (parece más un mariscal de Francia que un literato, decía Hume), altas relaciones mundanas, vida galante, experimentos científicos grandiosos y espectaculares (bosques enteros para el estudio de la resistencia de la madera, experimentos de espejos ustorios ejecutados ante toda la Corte, construcción exprofeso de grandes hornos para probar su teoría sobre la formación de la Tierra, etc.).
Nació en el castillo de Montbard, Borgoña, en familia aristocrática y acaudalada. Estudió con los jesuitas en Dijon, y desde niño demostró gran facilidad para las matemáticas. En compañía del disoluto lord Kingston viajó por Francia, Inglaterra e Italia, diz que para estudiar botánica, pero en realidad para llevar una vida mundana, aventurera y placentera. En 1732 se estableció en París para continuar su existencia disoluta; pero ante la posibilidad de un nuevo matrimonio de su padre, se hizo cargo de las vastas posesiones heredadas de la madre, y para cobrar conciencia de su real valor se dedicó a estudios de botánica y mineralogía; de ellos extrajo diversas memorias que le valieron el nombramiento de socio de la Academia de Ciencias en 1733. Seis años después fue nombrado intendente del Jardín Botánico. A partir de entonces se consagró totalmente a las ciencias y a la redacción de los 36 volúmenes de su Historia Natural, en cuyo trabajo sólo a partir de 1767 aceptó la ayuda de colaboradores. Algunas de sus obras, como la Teoría de la Tierra y el Tratado de las épocas de la naturaleza, fueron censuradas por los teólogos de la Sorbona, que las consideraron contrarias al relato bíblico. Como uno de los hechos más importantes de la historia intelectual de su siglo se recuerda su disputa con Linneo a propósito de la sistematización botánica, que Buffon calificó de artificial y ajena a la naturaleza.
Falleció en París. Su fama, grandísima en vida y en la primera mitad del siglo XIX, fue disminuyendo rápidamente al consolidarse las teorías evolucionistas y al variar el gusto literario.