Nació en Geneva. Los trabajos investigativos a que deben su celebridad ambos diaristas se remontan a 1972 cuando, como redactores de sucesos, comenzaron a tirar de los hilos del que sería un monumental escándalo político, con proyecciones en las más altas esferas de la vida nacional. Watergate es el nombre del edificio donde tenía su sede el comité electoral del Partido Demócrata.
Lo que en apariencia pareció en principio un simple robo a cargo de tres hombres equipados con material electrónico que pronto fueron detenidos, fue creciendo y aclarándose, gracias a las informaciones de Woodward y Bernstern, hasta convertirse en una maniobra de espionaje en contra del partido demócrata, orientada a favorecer la campaña electoral de reelección del presidente Nixon.
La opinión pública no concedió mucho interés al asunto en los primeros días, pero conforme fueron conociéndose sus móviles, el Senado tomó la decisión de designar un comité especial que profundizara en sus implicaciones. Así se llegó a la conclusión de que en el complejo asunto estaban comprometidos varios oficiales de la Casa Blanca y de la Administración, algunas compañías particulares, y hasta el propio presidente Nixon.
El escándalo adquirió mayores proporciones en 1973 con la declaración de algunos implicados de que bajo "presiones políticas" habían ocultado hechos reales o los habían tratado de desvirtuar. Alexander Butterfield, quien había sido asistente de Nixon, declaró que este tenía en su poder cintas magnetofónicas que confirmaban el claro involucramiento del primer mandatario en el espionaje.
El Presidente intentó ocultar tales cintas y rehuir la orden de entregarlas a la justicia; y por medio de un discurso televisado, juró su inocencia.
No obstante, la Comisión, tras exhaustivas investigaciones, concluyó que Nixon , si no había sido inspirador, sí había estado al corriente de la operación. A causa del escándalo varios altos cargos de la Administración dimitieron, y el propio Nixon, antes de ser sometido a juicio por perjurio, prefirió renunciar a la presidencia.
El cargo pasó al vicepresidente Gerard Ford. Woodward y Bernstein fueron galardonados con el premio Pulitzer de periodismo investigativo en 1973.