Por Rocío Ayuso
Los Angeles (EEUU), 25 ago (EFE).- El rodaje de la película "El código Da Vinci" acaba de empezar y el mutismo es total, pero está en boca de todos gracias a la polémica levantada por una novela que ya ha vendido 30 millones de ejemplares en todo el mundo.
Se trata de uno de los mayores éxitos de ventas de la literatura contemporánea y, sin duda, la mayor adaptación literaria a la pantalla desde "Harry Potter"
Pero para muchos, la obra del novelista Dan Brown es una blasfemia, con una trama de intriga que esconde las claves que supuestamente confirman que Jesús tuvo un hijo con María Magdalena.
"La gente siempre está interesada en las historias de misterio, pero cuando se trata de algo que tiene tal influencia en nuestras vidas como la Iglesia católica se convierte en algo sensacional", resumió el actor Ian McKellen al comienzo del rodaje.
Como parte del reparto del filme, que protagoniza Tom Hanks y dirige Ron Howard, el intérprete británico es uno de los pocos que ha abierto la boca para defender una producción tan esperada como crucificada cuando falta casi un año para su estreno.
Según corroboró el diario "The New York Times", los estudios Sony han levantado un muro de silencio sobre una película que ya todos conocen. "Se ha prohibido el acceso a toda persona ajena al rodaje y los que están relacionados con la película tienen que firmar acuerdos de confidencialidad", dice el periódico.
Incluso Howard se negó a hablar sobre esta producción cuando presentó a la prensa su último estreno, "Cinderella Man".
Su respuesta preferida a la curiosidad de la prensa internacional fue siempre un escueto "no pienso hablar de 'El código Da Vinci'".
Sin embargo, como si se tratara de la novela, el comienzo del rodaje ha ofrecido nuevas pistas sobre un filme que tiene tráiler en cines e internet (www.sonypictures.com/movies/thedavincicode).
"Estamos utilizando la novela como la base de nuestra película. Será una adaptación pero no una reinvención", explicó el director a la prensa en un rapto de candidez.
El avance cinematográfico reincide en la misma idea cuando, mediante una voz de fondo subraya eso de "no importa lo que hayas leído, no importan tus creencias, el viaje no ha hecho más que empezar".
El viaje tiene como meta el 19 de mayo de 2006, fecha del estreno de la cinta en Estados Unidos.
Y el recorrido promete ser bastante arduo a juzgar por las primeras reacciones al rodaje.
A los comentarios del cardenal italiano Tarciso Bertone llamando al boicot del libro por blasfemo, se unió a principios de mes la negativa de la abadía anglicana de Westmister, en Londres, para servir de escenario de la producción.
Además, la llegada de Hanks al rodaje cuando comenzó hace una semana en la también catedral británica de Lincoln fue recibida con una protesta liderada por la hermana Mary Michael, de 61 años, contra lo que considera ataques a la Iglesia católica y al Opus Dei.
"Para cualquier creyente, esto es una blasfemia", aseguró la religiosa a la prensa.
A los ojos de Hollywood, más que una blasfemia "El código Da Vinci" es un negocio de grandes proporciones, una historia que captó la atención del productor Brian Grazer como una posible trama para la tercera temporada de la popular serie de acción "24".
Esto fue antes de que la novela de Brown saltara a la fama, pero el autor, conocedor de lo que tenía entre manos, se negó a ceder los derechos para la televisión.
Su espera se vio recompensada con un cheque de seis millones de dólares de los estudios Sony para quedarse con los derechos que una película que acabaría produciendo Grazer.
Aún así, se trata de un negocio que necesita su debida protección y, además de su política de silencio, los estudios Sony han contratado la asesoría de expertos en la promoción cinematográfica a comunidades cristianas para ganarse el apoyo de este poderoso grupo de presión.
El resto no parece preocuparles. Como aseguró Grazer al comienzo de la producción, "El código Da Vinci" ni tan siquiera necesitaría el aura taquillera de Hanks para garantizar su éxito.
"A estas alturas 'El código Da Vinci' se vende sólo", resumió sin querer ofender a su amigo y dos veces ganador del Oscar. EFE
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