Aunque la domesticidad del gato no tiene una fecha precisa, su existencia entre los humanos por muchos siglos, en el útil empleo de cazar ratones o sencillamente como mascotas, ha dado origen a una abundante colección de vocablos , expresiones, dichos y refranes en nuestro idioma relacionados con costumbres, vicios y virtudes de este mamífero.
. Engatusar significa tratar de conseguir la voluntad de alguien con halagos y lisonjas. Se expresa así el comportamiento zalamero del gato.
Entre las características fisiológicas de este felino está el poder exhibir o esconder, a voluntad, sus fuertes y afiladas uñas. De ahí la expresión sacar las uñas (también mostrar o enseñar), dicho de quien, inesperadamente, muestra agresividad o violencia.
De la proverbial enemistad entre gato y ratón, han surgido dichos populares como estos: Poner el cascabel al gato (indica la dificultad de ejecutar una acción, frente a la facilidad de planearla). Cuando el gato no está en casa, los ratones hacen fiesta (se refiere y se aplica a los subalternos que aprovechan la ausencia del jefe para hacer alboroto. Gato con guantes no caza ratones (se hace ver que para determinadas tareas no deben emplearse refinamientos excesivos)'
El DRAE registra la locución cuatro gatos con el significado de un grupo pequeño o poco importante de personas: “A la reunión acudieron cuatro gatos”. Y suele exclamarse ¡aquí hay gato encerrado! cuando se sospechan malos manejos, solapados u ocultos.
Dar gato por liebre es estafar, engañar ofreciendo una cosa con apariencia de otra. Se alude así al hecho de que un suculento guiso de liebre sea, en realidad, un poco apetitoso platillo de carne de gato.
De noche todos los gatos son pardos significa que la oscuridad nocturna oculta todo lo que de día es claro y evidente.
Buscarle tres (o cinco) pies al gato es aportar o buscar a un asunto soluciones que carecen de sentido o fundamento.
Llevarse el gato al agua significa vencer con dificultad, alcanzar un triunfo, llegar a la meta propuesta.