No es una amenaza sanitaria, pero sí es importante que estemos alertas ante la presencia en nuestro país del virus de la hepatitis E, ya que, al igual que los demás tipos de esta enfermedad, si no se tiene cuidado, las consecuencias pueden ser muy graves, incluso mortales.
En la actualidad se conocen seis clases (A, B, C, D, E, G) y todas se caracterizan por una inflamación en el hígado, el órgano más pesado del cuerpo.
En Costa Rica, los tipos de hepatitis que tienen mayor incidencia son el A y el B. Como lo explicó Eduardo Valverde, farmacéutico con amplios conocimientos en hepatitis, se estima que el 80 por ciento de la población menor de 15 años ha sufrido de hepatitis A.
Los síntomas son muy parecidos en todos los cuadros: el rostro se torna amarillo, al igual que las pupilas; la orina se oscurece; se presentan fiebres y cansancio; los músculos se debilitan, el apetito se esfuma y hay diarrea y vómito.
Otro inconveniente es que solo 33 por ciento de las personas con algún tipo de hepatitis presentan dichos síntomas, 33 de cada cien tienen signos de gripe, y el restante 33 por ciento no muestra señales de ningún tipo, por lo que es difícil de diagnosticar.
Si bien las manifestaciones son muy parecidas, las causas son diversas. Es como jugar a la lotería o a los chances: ambos están relacionados con la suerte de ganar dinero, pero la mecánica con que funcionan es muy diferente. Entonces ¿cómo podemos saber de cuál virus se trata?
Las hepatitis A y E aparecen por las mismas causas: consumo de alimentos contaminados y agua sucia la diferencia está en el virus que la produce.
"Es como una familia donde están los hermanos Juan, José y Mario. Ellos tienen algún parecido, pero actúan de maneras muy variadas", prosiguió Valverde.
Los otros virus se transmiten a través de relaciones sexuales, sudor, transfusiones o jeringas infectadas.
Ante la mínima sospecha se debe realizar un examen de sangre para determinar la clase de hepatitis que se sufrió.
Pasos necesarios
Por ser el de la hepatitis un virus, no existe un medicamento específico que lo combata. Los médicos recomiendan analgésicos en caso de dolor o fiebre (no es aconsejable la aspirina).
La dieta debe ser blanda y libre de grasas, ya que el hígado es el encargado de metabolizar esta sustancia, y, mientras se está enfermo, no funciona bien.
Luego de que las personas se restablecen, su vida sigue como antes: el hígado trabaja con igual fuerza, aunque se recomienda a las personas que no donen sangre.
Para quienes sufrieron de hepatitis A. dicha donación no es problema. Las complicaciones se presentan con la B porque se este virus transmite a través de la sangre.
Conózcalas
Hepatitis A: se transmite por alimentos mal lavados y agua contaminada. Existe vacuna para prevenirla.
Hepatitis B: se transmite a través de relaciones sexuales, transfusión sanguínea, jeringas contaminadas, etc. Existe una vacuna para prevenirla.
Hepatitis C: se transmite a través de relaciones sexuales, transfusión de sangre, jeringas infectadas. Hasta el momento no existe vacunas contra ella.
Hepatitis D: se transmite a través de relaciones sexuales, transfusión sanguínea o jeringas. Para sufrir de hepatitis D se debe haber padecido la B, por lo que la vacuna contra la hepatitis B protege indirectamente de la D.
Hepatitis E: se transmite a través de alimentos sucios y agua contaminada. No existe vacuna contra ella.
Hepatitis G: se encuentra en estudio, pero se cree que se transmite a través de relaciones sexuales, transfusiones sanguíneas o jeringas. No existe vacuna contra ella.
Fuente; Eduardo Valverde, farmacéutico especialista en hepatitis.