Washington, 26 feb (EFE).- EEUU intenta acercar a Rusia a sus posiciones en la ONU, en favor de una nueva resolución que abra la puerta a una acción militar en Irak, a través del jefe del gabinete del Kremlin, Alexandr Voloshin, quien está de visita en Washington.
Voloshin se entrevistó el martes con el presidente de EEUU, George W. Bush, en una reunión a la que la Casa Blanca dio escasa difusión, y hoy con el secretario de Estado, Colin Powell, en un contacto que fuentes oficiales calificaron como "muy, muy bueno".
El portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, se limitó a hacer una declaración protocolaria de la reunión entre Bush y Voloshin, al afirmar que "intercambiaron opiniones sobre la situación en Irak, y la profundización y el fortalecimiento de las relaciones bilaterales".
El portavoz del Departamento de Estado, Richard Boucher, aseguró por su parte que en la entrevista con Powell hubo "una discusión en profundidad de las posiciones de ambos países (...), desde un punto de vista amplio, pero entrando también en los detalles".
Voloshin es uno de los hombres más influyentes del entorno del presidente ruso, Vladimir Putin, y coincidiendo con sus gestiones en la capital estadounidense el Kremlin sugirió hoy, por primera vez, que está dispuesto a colaborar con la nueva resolución.
Fuentes oficiales rusas citadas por la agencia noticiosa Interfax dijeron que un posible apoyo al texto presentado por España, EEUU y el Reino Unido dependerá de que Moscú tenga la certeza de que la resolución no es una mera excusa para abrir la puerta a la guerra.
"Estamos listos para trabajar en esta resolución, pero partiendo de la base de que no será un paso hacia la guerra, sino hacia nuevos esfuerzos para desarmar a Irak, en particular por parte de los inspectores" de armas, dijo un alto funcionario del Kremlin.
La declaración se produjo horas antes de que Putin recibiera en el Kremlin al canciller alemán, Gerhard Schroeder, para cotejar sus posturas respecto a la crisis y estudiar posibles vías para resolverla sin fragmentar la cohesión en la ONU.
El portavoz del Departamento de Estado constató que las reuniones con Voloshin "han sido una oportunidad para estrechar la distancia entre nuestras posiciones", y aseguró que Powell y el ministro ruso de Exteriores, Igor Ivanov, siguen en permanente contacto.
Boucher se mostró cauto y rechazó "hablar de progresos concretos con algún país en este momento", así como del resultado de una futura votación sobre la nueva resolución, porque "hasta que no se coma el pastel, no se puede decir qué sabor tiene".
Pese a la cautela, la importancia de la visita de Voloshin quedó en evidencia por su agenda, que, además de las entrevistas con Bush y Powell, incluyó encuentros con el vicepresidente, Dick Cheney, y la consejera de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice.
En las últimas horas, la prensa estadounidense comentó que Powell o Rice podrían viajar a Moscú para presionar personalmente al Gobierno ruso, asunto que Boucher no confirmó: "no hay un plan particular de viaje en este momento. No puedo hacer especulaciones".
El portavoz de Departamento de Estado tampoco quiso comentar si EEUU ha hecho ofertas económicas concretas a Moscú a cambio de su apoyo o su abstención ante la nueva resolución.
Rusia es uno de los grandes beneficiados del plan de la ONU con Irak de "petróleo por alimentos", situación criticada en más de una ocasión por la Casa Blanca, y teme que una guerra incremente la influencia de EEUU en la estratégica región de Asia Central. EFE
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