Toronto (Canadá), 25 nov (EFE).- Un canadiense de origen egipcio detenido durante casi dos años por EEUU, los últimos meses en la base militar estadounidense de Guantánamo (Cuba), fue liberado en secreto por Washington en Afganistán, informó hoy su abogado.
El abogado de Abdul Rahman Khadr, detenido en octubre 2001 en Afganistán por las autoridades de EEUU acusado de ser parte de las fuerzas talibanes, añadió que las autoridades canadienses le han negado un pasaporte para que pueda volver al país.
El padre del joven Ahmed Said Khadr, de 21 años, está acusado de pertenecer a la red Al Qaida, y su hermano menor, Omar, de 17 años, sigue preso en Guantánamo acusado del asesinato de un soldado estadounidense en Afganistán.
Abdul Rahman Khadr fue trasladado a Guantánamo en enero de este año.
Su abuela, Fatmah Elsamnah, dijo a la prensa que ha recibido varias llamadas telefónicas y correos electrónicos de él que denotan su estado de pánico.
Señaló que Khadr le ha dicho "estoy en problemas, estoy en problemas" sin especificar qué pasa.
Al parecer, desde Afganistán, Khadr ha viajado a Pakistán, Turquía y finalmente a algún punto en la antigua Yugoslavia.
"Está muy asustado", afirmó su abuela, quien añadió que su nieto teme que sea detenido de nuevo por las autoridades de algún país.
Ottawa ha señalado que desconoce el paradero de Khadr y ha negado que rechazara concederle documentación para que pudiera volver al país.
Pero el abogado Rocco Galati declaró que los funcionarios canadienses son "negligentes o están mintiendo".
"Canadá está actuando ilegalmente, anticonstitucionalmente y, podría decirse, de forma criminal. Canadá, odio tener que decirlo, no reconoce a musulmanes de piel oscura", añadió Galati.
Este caso coincide con el anuncio de otro canadiense de origen árabe, Maher Arar, de la presentación de una demanda contra los gobiernos de Siria y Jordania.
Arar, de origen sirio, fue detenido en septiembre de 2002 por las autoridades estadounidenses cuando regresaba a Canadá de unas vacaciones en Túnez y su avión hizo escala en Nueva York.
Washington acusó a Arar de vínculos con Al Qaida y después de consultar con Ottawa, las autoridades estadounidenses le llevaron a Jordania donde permaneció hasta que el régimen de Damasco aceptó encarcelarlo. Arar permaneció en Siria casi un año.
El Fiscal General de EEUU, John Ashcroft, reconoció el fin de semana pasado haber enviado a Arar a Siria tras obtener garantías de que no sería torturado, a pesar que Washington oficialmente ha señalado que Damasco practica sistemáticas torturas en detenidos.
Arar prepara una demanda similar contra Washington. EFE
jcr/mla/im/emr