Pristina (Serbia y Montenegro), 10 dic (EFE).- El ministro francés de Exteriores de Francia, Philippe Douste-Blazy, instó hoy a la mayoría albanesa de la provincia serbia de Kosovo a que respete los derechos de los serbios y de las demás minorías que allí habitan.
Douste-Blazy visitó ayer y hoy Belgrado y Pristina ante las negociaciones sobre el futuro estatuto de Kosovo, que deberían comenzar dentro de unas semanas bajo la mediación de la ONU.
"Es una buena ocasión para que los dirigentes albaneses demuestren que son capaces de proteger a las minorías que viven aquí", afirmó el ministro en una rueda de prensa ofrecida al final de una breve visita a Pristina, la capital kosovar.
En ese sentido, indicó que los miembros de la minoría serbia que están desplazados "deben regresar y vivir en Kosovo", donde un 90 por ciento de la población es de etnia albanesa.
La provincia de Kosovo, oficialmente serbia, está bajo protectorado provisional de las Naciones Unidas desde el fin de la guerra, en junio de 1999.
Los albano-kosovares exigen la independencia de Kosovo, mientras Belgrado descarta tal posibilidad y defiende que la provincia puede aspirar sólo a un máximo grado de autonomía.
El jefe de la diplomacia francesa consideró hoy que, pese a estas posturas opuestas de ambas partes, hay posibilidades de encontrar una solución al asunto, pero con la condición de que "todos sean realistas".
Douste-Blazy recordó a la vez que en el proceso de determinación del estatuto de Kosovo habrá que respetar los principios definidos por el Grupo de Contacto (integrado por EEUU, Rusia, Alemania, Francia, Gran Bretaña e Italia).
Destacó que, entre otro, esos principios descartan la anexión de Kosovo a otro país, la división de su territorio o la vuelta a la situación de antes de 1999, cuando estaba abolida la autonomía de la provincia.
El ministro francés se reunió en Pristina con los dirigentes albano-kosovares, incluido el presidente de Kosovo, Ibrahim Rugova, con representantes de la minoría serbia y con el jefe de la misión administradora de la ONU, el danés Soren Jessen-Petersen. EFE
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