RESPIRO DE MUJER, es lo que encontramos en el filme Divinos secretos, donde se airean sensibilidades muy cercanas a la condición femenina y donde el argumento es solo el tránsito para entender de las bondades, pero también de las contradicciones femeninas.
La película (del 2002) viene dirigida por Callie Khouri, y es -precisamente- su primera realización. Ella es más conocida, hasta ahora, por el guion que escribió para Thelma y Louise (1991, de Ridley Scott), cinta considerada por muchos como un documento feminista. Divinos secretos se basa en dos novelas escritas por Rebecca Wells (la adaptación de ambas está hecha por Mark Andrus y, de aquí, escribió Callie Khouri su guion).
Divinos secretos juega con el pasado y con el presente en las vidas de sus personajes principales: Sidda y su madre Vivi, por eso las retrospecciones (flash-backs) son tantas y tan importantes. Así sucede desde el momento en que Sidda, convertida en una famosa escritora, confiesa a una revista los problemas de infancia que tuvo con su progenitora. Esto enoja a la madre en exceso, quien se siente agredida, por lo que las amigas de ambas se esfuerzan por reconciliarlas, aunque tengan que secuestrar a Sidda. Estas mujeres, junto con Vivi, forman una muy particular hermandad denominada Ya-Ya.
Esa hermandad Ya Ya es un extraño culto de solidaridades y sus mujeres tratan de recomponer el conflicto surgido entre Vivi y Sidda, por lo que rastrean en el pasado y en los secretos de ambas, sobre todo de la madre. Por esa ruta, la historia se llena de sensibilidades con aroma de mujer, en una especie de renovado subgénero cinematográfico donde la mujer es el centro de las emociones en juego.
Ahí están, para confirmar la tendencia, películas como Tomates verdes fritos (1991, de Jon Avnet, basada en una novela de Fannie Flags), y Recuerdos de amores pasados (1995, de la australiana Jocelyn Moorhouse, basada en una novela de Whitney Otto). De alguna manera, se trata de un subgénero que retoma la tradición emblemática de las versiones en cine de Mujercitas, la conocida novela de Louisa May Alcott (la última es de 1994, de Gillian Armstrong).
En Divinos secretos, pese a algunos agujeros en el guion (por ejemplo: personajes que desaparecen sin explicación alguna), hay una importante manera de entender el mundo al tratar temas como el amor, la amistad, la maternidad y la vida en pareja.
El alma femenina que revienta en esta película, sin los antagonismos ni las confrontaciones del feminismo, encuentra generosa expresión en las actuaciones de Sandra Bullock, Ellen Burstyn, Maggie Smith y Ashley Judd (¡estupenda!). Las mujeres deben ver ya ya esta cinta Ya Ya (y llevar a los hombres).