Vuelve Leonardo DiCaprio, esta vez como Richard, un joven que anda huyéndole al alboroto de la ciudad moderna y que se refugia en Tailandia. Allí le llega la suerte de un mapa que le abre un mundo paradisíaco en una isla desconocido; o sea: el contacto con la Naturaleza como se lo desearía el buen hombre natural de la literatura romántica. Es el inicio de la película La playa, dirigida por Danny Boyle.
El resto es la historia de lo que sucede en una pequeña comuna escondida en la isla del mapa, con sus leyes naturales y con el liderazgo de una mujer: Sal (actuación de Tilda Swinton).
Cierto: no hay tesoros escondidos, pero sí hay amores con una linda chica francesa llamada Franoise (la actriz Virginie Ledoyen); también hay aventuras con tiburones y algunos conflictos en la vida elemental y bucólica de la comuna isleña, como para sacudir el relato de vez en cuando (porque lo cierto es que uno nunca entiende por dónde quiere disparararse el guión de la película).
A veces, las contradicciones las tiene La playa en su caracterización de la bondad natural de los comuneros (tan buenazos y, de pronto, expulsan a un compañero malherido porque ¡no aguantan oír sus ayes!). Así es, amigos, el neorromanticismo del filme se desperdiga (en ideas y puesta en escena) en su afán por "vendernos" una nueva tierra prometida.
Con DiCaprio, el problema es que el actor se limita a ser DiCaprio en versión aumentada a toda lupa, en el exceso de la sobreactuación (no hay duda: los seguidores del actor estarán muy a gusto).
Cómo, dónde, cuándo
La playa se exhibe en Omni, Colón, Colonial, Plaza Mayor, Internacional, Cariari, San Pedro, Cinemark.
Entrada : De ¢800 a ¢1.200, según la sala (pensionados pagan la mitad).
Horario : Funciones regulares.
Inicio : Mañana.