Como es fácil de entender, los indígenas tuvieron que ceder ante el impulso colonizador, pero no es menos cierto que la apropiación de sus tierras constituye una ininterrumpida serie de despojos e incumplimiento de tratados por parte de los hombres blancos . Es verdad que los indios caían a sangre y fuego sobre los colonos, pero también es cierto que los blancos vengaban tales matanzas cometiendo idénticas atrocidades y, desde luego, con mayor impunidad.
En 1622 tuvo lugar la Gran Matanza; en 1644 cayeron 500 personas. Las colonias de Plymouth y Rhode Island estuvieron a punto de ser destruidas; las de Massachussetts y Connecticut enfrentaron a los indios pequot, que fueron totalmente exterminados. La opresión de los colonos holandeses en Nueva York produjo fieros combates en dos ocasiones. Los indios tuscaroras atacaron la colonia de Carolina del Sur y causaron la muerte de 400 colonos.
En tan caótica situación -que ha dado lugar a la creación de innumerables leyendas, frecuentemente llevadas al cine y a la televisión- vino al mundo, en Dakota del Sur, Toro Sentado ( Sitting Bull ), quien, desde muy joven, junto con Caballo Loco, constituyó el núcleo en torno al cual se agruparon las tribus que defendían sus territorios. Luchó contra el general George Crook en el Rosebud y, en 1868, cuando el general George A. Custer dirigió una matanza de indios cheyennes y sacrificó a todas las mujeres y niños del campamento, se negó a aceptar el Tratado de Fort Laramie y se puso al frente de una banda de rebeldes que operó a todo lo largo del Yellowstone. Estaba con sus hombres en Little Big Horn cuando fue atacado por Custer; en el enfrentamiento, los indígenas lograron aniquilar en su totalidad al ejército regular que los atacaba, y Custer murió peleando cuerpo a cuerpo con Toro Blanco, un sobrino de Toro Sentado.
Después de enfrentarse con Crook en Slim Buttes, Toro Sentado huyó a Canadá y allí permaneció hasta 1881. Posteriormente vivió en la reserva Standing Rock, y en 1886 formó parte de los actos de exhibición públicos organizados y jefeados por Buffalo Bill bajo el nombre de Salvaje Oeste, que popularizaron las figuras y acciones de la lucha.