Isaac Asimov informa que von Frisch, "utilizando los reflejos condicionados de Pavlov, obligó a las abejas a 'confesarle' cuestiones tan personales como los colores que veían. Las condicionaba a buscar su alimento en ciertos sitios, y después cambiaba el color de dichos lugares para ver si el acondicionamiento les impedía acudir a otro color distinto. Si se les había condicionado al negro, volaban tranquilamente al rojo, pero no volaban hacia un color, aunque fuese negro a los ojos humanos, que no estuviese irradiando rayos ultravioleta . Podían, por tanto, ver el ultravioleta pero no el rojo. También interpretó la manera cómo la abeja comunica sus hallazgos a la colmena: si encuentra miel en un nuevo sitio, al volver 'danza' con movimientos de giro o con oscilaciones. El número de evoluciones y su velocidad proporcionan la información precisa sobre la ubicación del nuevo filón. Además, demostró que las abejas pueden orientarse durante el vuelo por la dirección de la luz polarizada en el cielo".
Frisch publicó sus hallazgos en La danza en las abejas, El hombre y el mundo viviente, Danza, lenguaje y orientación de las abejas y Recuerdos de un biólogo , obras en las que ahonda en el aspecto biológico de tales sucesos y proporciona datos de gran valía para el mejor conocimiento de los fenómenos vitales. El conjunto de estas disciplinas se llama etología (estudio de las conductas).
Nació en Viena. Estudió filosofía en las universidades de Viena y Munich y obtuvo el doctorado en 1910. Sin descuidar nunca las labores investigativas, brillantemente ejerció la docencia por muchos años: fue profesor y director del Instituto de Zoología de la Universidad de Rostock de 1921 a 1923. Pasó a la de Breslau, en cuyas aulas enseñó hasta 1925; se trasladó a Munich y continuó labores docentes hasta 1946. Posteriormente se desempeñó como profesor en Graz , de 1946 a 1950. Volvió a Munich, y en esa ciudad permaneció hasta 1958. Viajó a Estados Unidos y ofreció cursos en Harvard. De nuevo en Alemania enseñó en la universidad de Tubinga. Falleció en Munich. Era miembro de las Academias de Ciencias de Viena, Estocolmo, Munich, Washington, Copenhague, Upsala y Helsinki. Obtuvo el premio Kalinga de la UNESCO en 1959.