Nació en Burdeos. Estudió en el colegio de los jesuitas, de donde pasó al Liceo Lakanal de París, donde encontró, en 1903, a Alain-Fournier, con quien estableció una profunda amistad y con cuya hermana casó en 1909. Por esos años ejercía la docencia y se inició en la crítica literaria, en la Nouvelle Revue .
"Una agudeza y una lucidez extremadas, y una inagotable inclinación hacia nuevos conocimientos y simpatías de carácter intelectual, que sentía como forma personal y concreta de adhesión a la vida y necesidad absoluta de comprensión de sí mismo y del prójimo , hicieron de Riviere, ya antes de los treinta años, un crítico magistral y sutil del arte contemporáneo, que, según escribió Gide , se aproximaba a cualesquier artistas (Baudelaire, Cezanne, Debussy, Gide o Claudel) 'como para acariciarse a sí mismo', en una extraordinaria búsqueda de afinidades", explica su biógrafo.
Sargento de infantería del ejército de su patria durante la primera guerra mundial, en 1914 cayó prisionero y fue enviado a los campos alemanes de Königsbruck y Huiberg. Intentó evadirse, pero fue descubierto y apresado a pocos kilómetros de la frontera. Durante el cautiverio trabajó en una primera versión de las novelas Aimée y La huella de Dios . Repatriado en 1918, poco después publicó Alemania , obra de gran importancia como estudio psicológico del carácter germano, fruto principal de su experiencia de cautivo en su forzada relación con la mentalidad alemana. Numerosos artículos políticos que publicó luego están informados por un gran escrúpulo de objetividad en cuanto al problema alemán.
En 1919, cuando reapareció la Nouvelle Revue , fue su director, cargo que mantuvo hasta la muerte . Falleció en París.
La producción de este autor publicada póstumamente, está marcada por las huellas de una crisis religiosa. "No obstante, la singularidad de su personalidad intelectual y moral reside sobre todo en la inquietante labor espiritual que lo animaba y consumía, y le llevaba al aborrecimiento de las soluciones definitivas en materia tanto de arte como de fe", dice Herling Croce.