1825 - 1904. Crítico musical austríaco, una de las más insignes autoridades musicales de su tiempo. Ferviente admirador de Schumann y Mendelssohn, se opuso a las novedosas evoluciones de Wagner y a las tendencias descriptivas del romanticismo musical.
Como paladín de la música pura y de la tradición clásica aun dentro de la estética romántica, fue el apóstol del sistema sinfónico de Brahms. Enemigo declarado del modernismo programático de Wagner y Liszt, defendió la fórmula B.B.B.(Bach, Beethoven, Brahms) frente a la B.B.W. (Bach, Beethoven, Wagner). Su obra De lo bello en la música , verdadero catecismo de estética musical que jalona una época en la historia del arte, tuvo gran resonancia en Europa.
Nació en Praga. Recibió una formación musical muy completa, primero de sus padres y luego del compositor bohemio Tomaschek, y pensó dedicarse a la composición o a la carrera de concertista. Sin embargo, aunque poseía una fina sensibilidad artística, tuvo el valor de reconocer su incapacidad creadora; por ello ingresó a la universidad, se graduó en Leyes y se integró al servicio burocrático. Establecido en Viena, en 1846 publicó un largo ensayo sobre la representación de Tannhäuser que había presenciado en Dresde; el texto le valió una lisonjera carta de agradecimiento de Wagner, y le abrió las puertas de la prensa vienesa, donde comenzó a colaborar asiduamente; mas el nombramiento para un cargo publicó en Klagenfurt lo alejó de esta actividad. En 1852 pudo volver a Viena y retornó a sus labores artísticas.
Crítico musical del órgano de prensa del gobierno, en 1885 fue llamado a desempeñar similares tareas para el más importante y difundido periódico del país. Convertido en auténtica autoridad de la vida musical vienesa, fue una de las personalidades que más contribuyó a la renovación operada en ella para sacarla de la vacía y superficial brillantez en que languidecía.
La publicación del breve pero célebre tratado de estética De lo bello en la música le abrió las puertas de la Universidad de Viena, donde ofreció gratuitamente lecciones musicales que pronto se convirtieron en acontecimientos culturales de primer orden. En 1857 fue nombrado catedrático de Estética e Historia de la Música, lo que le permitió abandonar la burocracia y dedicarse íntegramente al ejercicio de la crítica musical. Falleció en Viena.
A pesar de su notoria aversión a la dramaturgia wagneriana y a las poses de la "religión de Bayreuth", Hanslick reconoció siempre la fuerza del genio de Wagner. Con respecto al melodrama italiano expresó juicios de gran ecuanimidad.