Regresó a la patria y realizó su primer vuelo sobre tierras de Andalucía en 1910. lógicamente, constituyó este un gran acontecimientos en los anales de la aviación española y en la memoria de los habitantes. Fue nombrado profesor en la Escuela de Cuatro Vientos, y en 1913, formando parte de la primera escuadrilla de Aviación militar española que cruzó el estrecho de Gibraltar, intervino en las campañas de Africa. A partir de 1925 cumplió nuevas misiones como aviador en Marruecos. Tomó parte en el desembarco de Alhucemas, al mando del grupo de aviones Fokker C IV, y fue ascendido a comandante.
Realizó su primera ascensión en globo libre, a bordo del Capitán Peñaranda , en 1923. Fue puesta en sus manos la dirección del aeródromo de Los Alcázares donde funcionaba la Escuela de Tiro y Bombardeo Aéreo y se encargó del adiestramiento de las nuevas promociones de oficiales de Aviación.
Al ser proclamada la República, junto con el monarca Alfonso XIII partió al exilio. Fueron confiscados todos sus bienes y su vida entró en el ámbito de la leyenda: se dijo que se había visto obligado a trabajar como lavacarros en Estados Unidos; en realidad, laboró como mecánico de la empresa Ford, en la que llegó a desempeñar funciones dirigentes.
Cuando en 1936 estalló la guerra civil en su patria, regresó a España; fue miembro del Estado Mayor de la Jefatura del Aire, encargado de la Región Aérea del Estrecho, y cumplió numerosos servicios en los frentes de batalla. Al concluir el conflicto en 1939, fue ascendido a general de división. Desde 1943 y por algún tiempo, actuó como representante personal del conde de Barcelona. Aun a edad muy avanzada continuó piloteando su avioneta. Falleció en Sanlúcar de Barrameda, Cádiz. Era caballero del Toisón de Oro desde 1907, y poseía otras muchas condecoraciones.