
El Mercurio, Chile
La frase pertenece a Shakespeare y dice: "El caballero protesta demasiado". Y le queda como anillo al dedo a Tom Cruise: al público estadounidense no le gusta el actor de ya 42 años; desconfía de él.
En este caso lo que ha causado una verdadera avalancha de escepticismo, de parte de la audiencia norteamericana, es su romance con la joven actriz Katie Holmes de 26 años de edad.
Las revistas People y US Weekly publicaron sendas encuestas donde el 60% de los lectores opina que la relación de ambas estrellas es un ardid publicitario para promocionar sus películas: La guerra de los mundos y Batman inicia.
¿La verdad? Cruise ha cultivado a pulso una reputación que al mismo tiempo es sinónimo de poder hollywoodense y llama a la desconfianza de la gente.
Evidencia 1: después de vivir tratando de tapar su vida privada y de controlar los rumores en torno a él con demandas, el actor se ha "convertido": salió el martes en el programa de Oprah Winfrey, su amiga, para declarar públicamente su amor por Holmes. Cruise habló de posible matrimonio, dijo que nunca se había sentido así y contó cuáles son sus gestos románticos.
Evidencia número 2: la cientología. El protagonista de Colateral tiene fama de fanático de esta religión popular entre los actores, pero que también es conocida por su hermetismo, reputación que no lo ayuda en la credibilidad pública.
Evidencia número tres: su reacción a los rumores. El galán de Top gun tiene la política de demandar a quien se atreva a decir algo que pueda ser interpretado como negativo en su contra, o sea es un "caballero protestón". Se ha querellado contra personas y publicaciones por rumores de que es gay , impotente, estéril y que necesitó asesoría para las escenas de sexo con su exesposa Nicole Kidman, en la película Ojos bien cerrados .
Su separación de Kidman estuvo llena de actitudes cuestionables. Una muestra: él presentó los papeles sin avisarle y ella se declaró estupefacta. Otra: dijo que su matrimonio duró menos para no pagar pensión.
Su relación con Katie Holmes se hizo pública hace un mes en Roma, donde posaron besándose frente a las cámaras, algo insospechado para los estadounidenses.