EscucharEEl actor francés Gerard Depardieu, quien asiste al XV Festival Internacional de Cine que se celebra en la ciudad argentina de Mar del Plata, se confesó amante de la comedia, ya que, dijo, "es la vida".
El filme Asterix y Obelix contra el César, en el que Depardieu encarna a Obelix, el galo obeso que junto a su astuto compañero se enfrentan al imperio romano, fue exhibido la semana pasada fuera de competencia, al término del acto de apertura del Festival.
Depardieu dijo en una rueda de prensa que no sabe si protagonizará una segunda parte de la película y añadió que ahora está muy entusiasmado con la posibilidad de rodar junto a la actriz estadounidense Glenn Close la segunda parte de 101 Dálmatas.
El actor estaba acompañado del director de Asterix y Obelix, Claude Zidi, quien señaló que el costo de la película fue de $ 45 millones ( ¢13.275.000.000) y que se necesita hacer este tipo de productos para poder competir con las producciones estadounidenses.
Depardieu señaló que la cinta "es parte del patrimonio cultural francés por la historieta (de los dos galos). Es una gran película que representa la idiosincrasia de los franceses".
Pasado doloroso
Al referirse a su difícil infancia, el actor señaló que en su niñez no tuvo amor.
"La vida del actor es muy difícil de soportar porque hay veces que se realizan tres filmes al mismo tiempo, pero yo amo mi trabajo, amo a los actores y amo la comedia, porque la comedia es la vida", sostuvo.
Asterix y Obelix contra el César refleja el humor de los franceses con ironía e ingenuidad, esta última de forma tan marcada que quizá fuera el motivo de que el público no disfrutara de la película en el Teatro Auditorium de Mar del Plata.
Al ser consultados, algunos de los asistentes que se retiraron de la proyección coincidieron en destacar la poca efectividad del humor, más allá de los excelentes efectos técnicos.
Zidi señaló, en tanto, que la película fue vista en Francia por más de 35 millones de personas, lo que representa mucho más público que otras producciones extranjeras.
"El cine es considerado como un comercio artístico y la lucha del estado es ayudar y subvencionar. Francia cree en esto y ha organizado para muy pronto una conferencia europea donde se discutirán estos temas y su posición firme en la lucha contra el monopolio, aunque haya países que no piensen de la misma manera", dijo.
Tras la rueda de prensa, Depardieu dejó marcadas las palmas de sus manos en la Vereda de las Estrellas situada cerca del Hotel Hermitage, ante la presencia de un gran número de gente y del presidente de la Asociación de Festivales de Mar del Plata, el español Florencio Aldrey.
La sección oficial del Festival abrió el viernes pasado con la proyección del filme croata Transatlantic, dirigido y escrito por Madlen Juran, y de Ángel, la diva y yo, del director argentino Pablo Nisenson.
En la sección paralela Pantalla Iberoamericana se vio Flores de otro mundo, de la española Iciar Bollaín, y en la sección Detrás de la cámara, que se centra en la figura del realizador, Un dulce olor a muerte, una coproducción hispano argentina dirigida por el mexicano Gabriel Retes, que es miembro del jurado internacional de la muestra cinematográfica.
