Los ´Angeles (EE.UU.). Robert de Niro es lo contrario a una estrella: considerado el mejor intérprete de su generación, siempre está dispuesto a ocultar su cara detrás de un nuevo rostro con tal de dejar salir al personaje que lleva dentro.
La última muestra de su transformación llega este fin de semana a las pantallas estadounidenses con el estreno de Men of Honor , una película sobre el racismo en el cuerpo de la marina donde De Niro interpreta a un militar de alta graduación imponiendo su mando.
"No es un actor que te de conversación, pero es el más centrado en su trabajo que he conocido", afirma Cuba Gooding Jr., su compañero de reparto.
"Te mete en su trabajo, te hace sentirlo, te hace prestar atención", subraya en referencia al intérprete neoyorquino de 57 años.
Laureado
Reconocido con dos premios Oscar por El Padrino II y Toro Salvaje , si existe un secreto para la capacidad artística demostrada en 57 largometrajes, desde su debut con Greetings , parece estar en su rostro.
"Entre papel y papel, es el rostro más anónimo que conozco. La gente es incapaz de reconocer a Bob en la calle", asegura uno de sus mejores amigos y compañero profesional, el realizador Martin Scorsese.
Su rostro, su constitución física, su pelo, su bigote o su ausencia de él son elementos imprescindibles en su trabajo con los que De Niro ofrece la mayor variedad de personajes.
Si Lon Chaney fue conocido como el hombre de las mil caras por trabajos tan distantes como El jorobado de Nuestra Señora o El fantasma de la ópera , los rostros de De Niro le aseguran un panteón en la historia junto a este monstruo de la pantalla.
"Identificarse con un papel tiene el peligro de que te aproximes demasiado y tu personaje tenga que hacer algo que tu no harías", concede De Niro en una de sus escasa declaraciones a la prensa.
Actor obsesivo
"Pero me parece que los detalles son los que dan un mayor sentimiento de realidad. Personalmente me gusta adaptarme al papel. Es como una obsesión", asegura.
Men of honor es su último experimento, donde el corte marcial de su pelo le concede el mismo tono autoritario que utilizó en This Boy's Life o al comienzo de Great Expectations .
Si parece sencillo conferir un aire militar con un corte de pelo propio de este cuerpo, más originales son las pronunciadas entradas en las sienes con las que a De Niro le gusta provocar la risa de sus espectadores, como demostró este año en Las aventuras de Rocky y Bullwinkle o anteriormente con We're no Angels .
De Niro también es capaz de mostrar un aire más refinado, siempre unido a un pelo más largo y a ser posible engominado, como muestra en Casino , The Last Tycoon o New York, New York .
Sin embargo la melena indómita parece dejarla para personajes más pasionales como el que interpreta en The Mission , que acompañada de uñas igual de largas puede dar lugar al mismísimo diablo como en Angel Heart .
Contra las cuerdas
No solo de pelo viven las actuaciones de Robert de Niro, y una de sus transformaciones más recordadas fue la que sufrió para Toro Salvaje , donde ganó más de 20 kilos para encarnar al boxeador Jake La Motta.
Otras variaciones se pueden apreciar en la utilización de diversos elementos como la barba, crecida para dar respetabilidad en Wag the Dog , en forma de perilla siniestra en El cazador o como bigote de época en El Padrino II o el inolvidable al estilo Chaplin de Brazil.
De Niro es incluso capaz de utilizar el anonimato de su rostro en papeles como The Fan , Meet the Parents o Ronin , donde la mejor coartada de su personaje es no dar a conocer desde el principio por donde van a ir sus artes.
"En general, la gente es amable conmigo, pero cuando me piden un autógrafo siempre me planteo si estarán ocultando el Chapman (el asesino de John Lennon) que vendrá más tarde. Por eso me quedo con sus caras y luego las utilizo en mis películas", concluye.