De él se ha dicho de todo: que es un manipulador, un poeta, un extranjero o un revolucionario nacido en las aulas universitarias. Sin embargo, es hasta ahora que la prensa lo retrata como un hombre enamorado, cuyo corazón pertenece a una sola mujer.
El subcomandante Marcos, enigmático encapuchado que desde hace 11 años lanza gritos desde las montañas de Chiapas en favor de los indígenas, ha vuelto a ser noticia. La revista Quién -famosa en México por divulgar información de estrellas del espectáculo, miembros de la realeza o destacadas figuras de la sociedad mexicana- dedicó su portada al cuestionado líder y al supuesto romance que este hombre mantiene con Gloria Muñoz Ramírez, una periodista de 37 años que llegó a Chiapas en 1994 para cubrir el levantamiento armado zapatista
Según esa publicación, cupido los flechó desde entonces. Incluso, se especula que se casaron bajo las leyes indígenas y tienen un niño de 7 años.
Hasta ahora, el subcomandante Marcos no ha salido a desmentir la versión de Quién y por eso, en México, ya muchos están convencidos de que esa unión es hecho irrefutable. Así lo afirman quienes le han seguido la pista a la reportera y han descubierto que muchas piezas calzan en el rompecabezas.
Al parecer, Muñoz Ramírez, de 37 años -quien ha laborado para el rotativo izquierdista Punto, el periódico estadounidense La Opinión y el diario La Jornada - abandonó la vida que tenía en la capital en 1996 y se trasladó a las comunidades zapatistas en Chiapas, en el sureste mexicano, donde fue aceptada sin obstáculo; algo que no es usual.
Mas tarde la periodista, a quien describen como una mujer inteligente, atractiva y simpática, desapareció de sus antiguos círculos, y se dedicó a estudiar a los pueblos indígenas y a trabajar junto a los zapatistas.
Pero eso no es todo. En el 2003, Muñoz Ramírez publicó un libro sobre el movimiento zapatista: EZLN: 20 y 10, el fuego y la palabra , que cuenta con un prólogo escrito por el mismísimo subcomandante Marcos.
Dos años antes, el "hombre del pasamontañas" -cuyo nombre real, según las especulaciones, es Rafael Sebastián Guillén Vicente- había aceptado a la escritora mexicana Guadalupe Loaeza que él se había casado con una mujer a la que cariñosamente llamaba La Mar . En algunos de sus comunicados también se refirió a ella, aunque nunca hizo público su nombre.
Misterio eterno. Mas eso no tenía por qué extrañar. El Sub siempre ha defendido su intimidad a capa y espada y se las ha ingeniado para que hasta la fecha nadie conozca su rostro. Es más, en muchas oportunidades ha respondido con ingeniosas evasivas cuando se le pregunta quién es.
"Marcos es gay en San Francisco, negro en Sudáfrica, asiático en Europa, chicano en San Isidro, anarquista en España, palestino en Israel, indígena en las calles de San Cristóbal, judío en Alemania, pacifista en Bosnia, mapuche en Los Andes, artista sin galería ni portafolios, ama de casa un sábado por la noche, reportero de nota de relleno en interiores, mujer sola en el metro a las 10 p.m., campesino sin tierra, editor marginal, obrero desempleado, escritor sin libro ni lectores, y es, seguro, zapatista en el sureste mexicano", se burló en uno de sus comunicados más famosos.
La figura de este hombre surgió cuando en México entraba en vigencia el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá. Desde entonces, ha enviado una serie de comunicados a favor de los más desprotegidos. Sin embargo, su máxima popularidad se registró en el 2001, cuando encabezó la marcha zapatista y recorrió más de 3.000 kilómetros y 12 estados mexicanos hasta llegar a la Plaza del Zócalo, en la capital mexicana, donde lo esperaban 20.000 personas, apunta una biografía de BBC.
Los zapatistas abogaban por la aprobación de una ley sobre derechos y culturas indígenas, que era parte de los Acuerdos de San Andrés firmados en 1996 durante el gobierno de Ernesto Zedillo. Cuando el Senado aprobó dicha normativa, en una versión que limitaba la autodeterminación, el líder zapatista se refugió de nuevo en la selva y se mantuvo en silencio. Entonces, circularon los rumores de que se había enfermado de gravedad y había sido sometido a intervenciones quirúrgicas o que estaba diseñando una nueva estrategia militar.
Quizá no estaban tan equivocados. Este año, el subcomandante, regresó al escenario público para criticar a las organizaciones políticas mexicanas y anunciar su plan de viajar alrededor del país, junto a los zapatistas, a principios del próximo año.
Aseguró además que usará la gira para lanzar un nuevo movimiento de izquierda nacional, un anuncio que ha sorprendido a miles de seguidores y, obviamente, a sus muchos detractores.