Madrid, 23 nov (EFE).- La cumbre Euromediterránea, que se celebrará los días 27 y 28 de noviembre en Barcelona, reunirá por primera vez a los jefes de Estado y de Gobierno de las dos orillas del Mediterráneo para relanzar un proceso puesto en marcha hace diez años a iniciativa española.
La reunión será copresidida por el primer ministro británico, Tony Blair, como presidente de turno de la Unión Europea (UE), y por el jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, en calidad de anfitrión.
Hasta ahora, todas las reuniones celebradas entre los 35 socios del Proceso Euroemediterráneo, los 25 países de la UE y diez de la ribera sur (Argelia, Túnez, Marruecos, Egipto, Líbano, Turquía, Israel, la Autoridad Nacional Palestina, Jordania y Siria), fueron a nivel ministerial, incluida la que lo lanzó en noviembre de 1995.
La decisión de convocar esta cumbre a nivel de jefes de Estado y de Gobierno "es una muestra de la firme voluntad de la Presidencia británica del relanzamiento de la Asociación Euromediterránea" y el reconocimiento "de la importancia de los retos que afrontan actualmente los países" de la zona, dijo el embajador del Reino Unido en España, Stephen Wright, en nombre de la Presidencia de la UE que ejerce su país.
A la reunión han sido invitados los 35 países miembros del proceso, y Rumanía, Bulgaria y Croacia, como países candidatos al ingreso en la UE; Libia y Mauritania, que participan como observadores, y los máximos representantes de las instituciones europeas, de la Liga Arabe y del la Unión de Magreb Arabe, señaló Wriht.
La cumbre se centrará en cuatro áreas: Buen Gobierno y Democracia, "porque es necesario responder con democracia y derechos civiles a las amenazas comunes, como la lucha contra el terrorismo, y porque es el momento de entrar en acción ya que tanto la UE como muchos de los socios mediterráneos han sufrido el terrorismo".
El segundo apartado será la Reforma Económica, que en palabras del diplomático británico supone que "se acelerará la modernización de estructuras económicas para ofrecer más oportunidades, sobre todo para los jóvenes de los países mediterráneos; se potenciará el sector privado y se reforzarán los métodos de gestión de ayuda de la Unión".
El tercer punto será la Educación, "porque los jóvenes bien formados son necesarios para un desarrollo exitoso", y en cuarto lugar se abordará el área de Justicia, Seguridad y Emigración, con especial hincapié en los problemas que suponen los flujos migratorios.
En cada uno de estos temas, nuestro objetivo "es animar en los programas de cooperación entre la Unión y esos países a (tener) más ambición, más claridad y más urgencia", afirmó el diplomático británico.
El enviado especial para Asuntos del Mediterráneo, el embajador español Juan Prat, realizó una valoración positiva del proceso de Barcelona del que dijo que "es como un barco, y no se le puede criticar por el mal tiempo", y a pesar de las dificultades y complejidades que le rodean "el barco ha resistido".
Ante las críticas, "hay que decir que se ha logrado tener un foro de cooperación en el que árabes e israelíes se llaman partners (socios) y, aunque solo fuera por esto, ya es un logro", agregó.
Para Javier Valenzuela, Director general del área internacional de la Secretaría de Estado de Comunicación española, ahora se puede concluir que la visión de 1995, cuando se puso en marcha el proceso, "era correcta", porque se anticipaban muchos de los problemas que ahora son una realidad, como los flujos migratorios.
Y la cumbre que reunirá el próximo domingo y el lunes en la ciudad española a los mandatarios de la UE y de los países de la orilla sur del Mediterráneo "es una ocasión para poner al día" esos asuntos, agregó. EFE
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