
Nuevamente, la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) le apuesta al talento local para deleitar a los costarricenses; esta vez, lo hará con los solistas invitados Lourdes Lobo (violín), Álvaro González (chelo), Mauricio Páez (fagot) y Jorge Rodríguez (oboe).
Juntos, ofrecerán el sexto concierto de la temporada oficial de la OSN, en el Teatro Nacional.
Este recital tendrá lugar el viernes, a las 8 p. m., y el domingo, a las 10:30 a. m., bajo la dirección de Irwin Hoffman , quien ya trabajó con la OSN en mayo y julio.
El programa para este nuevo encuentro entre la orquesta y su público incluye la
Luego, se moldeará la
Aunque no es inusual, con frecuencia, los conciertos de la OSN incluyen solo un solista, pero esta composición de Haydn fue pensada para cuatro instrumentos.
Además, los cuatro realizaron estudios en el proyecto Orquesta Sinfónica Juvenil –hoy, Centro Nacional de la Música, del Ministerio de Cultura–, y, en otros momentos, fueron compañeros de filas en la Sinfónica Nacional.
“Ellos (los solistas) y yo crecimos juntos; empezamos desde que tenemos 11 años. Ha sido muy bonito y motivador tocar juntos”, aseguró Lourdes Lobo.
Los cuatro coinciden en que tocar juntos es una oportunidad maravillosa.
El chelista agregó que son pocas las veces en que pudo compartir escenario con alguno de los otros solistas y ahora que lo hacen, están aprovechando la oportunidad al máximo.
“Es tremenda la forma en que tocan, es tan bonito. Nos desconectamos de la realidad y nos enfocamos en hacer música”, aseguró González.
La preparación para el recital se la tomaron muy en serio; primero con ensayos entre los cuatro solistas y luego llegó la preparación junto a la orquesta.
Como siempre, los esfuerzos dan frutos; por eso, Jorge Rodríguez aseguró que ya el trabajo está listo; los ensayos pendientes serán para pulir la obra y tener cada parte muy segura.
Lo bueno de tanta preparación de parte de los instrumentistas es que el resultado final será una ejecución que el público gozará durante los tres movimientos de la composición de Haydn.
La obra
El fagotista habló particularmente del tercer movimiento de esta sinfonía, en la que se puede disfrutar intensamente del trabajo del violín y, luego, lo siguen el fagot, el chelo y el oboe, todo un deleite para el oído.
“Es una obra genial, porque se va escuchando esa filigrana, esa agilidad de los músicos. La línea musical que ofrece una sucesión de notas muy rápidas; ¡es algo fenomenal!”, dijo Páez.
Los cuatro mencionaron que el trabajo más retador es el que realizan el violín y el chelo, donde se demuestra lo ampliamente conocedor que fue Haydn de las posibilidades de cada instrumento, como mencionó González.
El fagot y el oboe también tienen sus momentos, dijo Rodríguez; juntos ofrecen pasajes muy líricos que llenan de brillo la composición.