La salsa se tomó Costa Rica. Concierto con Explosión de Costa Rica, Estrellas del Grupo Niche y Grupo Guayacán de Colombia, Gilberto Santa Rosa de Puerto Rico. Anfiteatro del Hotel Herradura.
Sábado 10 de Marzo de 2001, 5 p. m. Organizó Producciones Díaz Martínez.
La pregunta que encabeza este comentario la hago porque me imaginé que con tan suculento menú de platillos salseros la cosa iba a reventar. Pero no fue así. Y me extraña sobre todo porque tengo la impresión de que, en este país, la salsa es un género que convoca a una buena cantidad de bailadores. Basta con recordar las últimas presentaciones de Óscar D'León para confirmar lo anterior.
Si la salsa tomó Costa Rica, tal y como lo advertía la invitación al concierto, o lo hizo cuando la mayoría de seguidores estaban dormidos, o en sus bolsillos había ausencia del vil metal, pero me cuesta creer que este tipo de música ya no provoque pasión.
En el concierto que hoy nos reúne en torno a estas líneas, los organizadores no satisfechos con la escasa audiencia decidieron cansarla de aburrimiento.
Injustificados recesos de casi una hora, entre grupo y grupo, dieron al traste con lo que podría haber sido una fiesta muy alegre. Nunca hubo problemas técnicos que justificaran los atrasos como se dijo en algún momento, todo lo contrario, la eficiencia del personal técnico permitía que la actividad se desarrollara a un ritmo más ágil.
En otras palabras, se trata de respetar al público que paga por un espectáculo.
Vamos a la música. La orquesta nacional Explosión aprovechó la oportunidad que no tuvo durante el concierto del exBuki, Marco Antonio Solís, y pudo hacer una prueba de sonido. El técnico Sergio Torres nos pudo ofrecer, en esta ocasión, un plano sonoro más acorde con el excelente nivel musical de esta orquesta.
Los arreglos de Napoleón Zapata, siempre efectivos y de gran dinámica en la sección de vientos, fueron constantemente aplaudidos. Sigue el grupo Guayacán que bajo la dirección de Joe Lozano goza de una trayectoria respetable en Colombia. Salsa bien amarrada, de agradables rifs en la sección de vientos y una moderada base rítmica. En su repertorio había una muy buena secuencia de pasodobles y contrariamente a lo que piensa Joe Lozano aquí ya se bailaban cuando el todavía gateaba.
Llega el turno a la estrella de la noche, El caballero de la Salsa, Gilberto Santa Rosa. Esta fue su tercera presentación en el país y de las tres, no la mejor. Puro trámite. Recuerdo la primera, en el salón de baile El Tobogán, impresionante. La segunda, en Guápiles, no estuvo nada mal. En este último lance, Gilberto y su orquesta no deslucen, más no brillan con toda su luz.
Ya era tarde y lo apretado del tiempo no nos permitió disfrutar de los solos instrumentales ni de su impresionante capacidad para improvisar letras y pregones.
Cuando llega el momento de presentarse al grupo Las Estrellas de Niche, toda una institución en la salsa colombiana, una buena parte del público ya se había marchado por agotamiento y por lo tarde de la hora, entre ellos este servidor. Lástima, me hubiera gustado regresar a la casa cansado de bailar y no patitieso del aburrimiento. Para la próxima quisiéramos ver un poco más de consideración hacia el público que paga por los espectáculos.