Crítica de danza: Epidermis femenina

La última sesión del Primer Encuentro de Solos Hecho a mano comenzó con la participación musical del Black Swan Project, integrado por Miguel Madrigal y Gabriel Vargas, quienes ejecutaron, con sus guitarras, varias piezas propias y otras prestadas. Estos guitarristas y vocalistas crearon un ambiente relajado para quienes esperaban las propuestas coreográficas.

El resto de la velada estuvo protagonizada por tres mujeres: Estefanía Madrigal, Wendy Chinchilla y Vanessa Cintron, quienes, junto a Gustavo Vargas, fueron los responsables de los solos bailados. Esta noche tuvo sabor a mujer.

Estefanía Madrigal con música de la agrupación Santos & Zurdo interpretó Storm. Menta. Su texto coreográfico propone una evocación del pasado para enfrentar situaciones que permitirán vivir mejor en el futuro.

Interesante el movimiento en el suelo. Sin embargo, en cuanto al manejo del recurso de las zapatillas de punta, esperé momentos culminantes donde pudiera ver sus piernas erguidas, prestas a asumir el vuelo como reto de una nueva etapa de la vida.

Madrigal, con su proyección escénica, llegó a los presentes.

Los dos miembros de la agrupación Los que Somos, Wendy Chinchilla y Gustavo Vargas, presentaron Hijo de su madre.

Un solo, en dos partes, en el cual Chinchilla realizó , de espaldas, variaciones con sus brazos. La mayor parte de los movimientos de este unipersonal se ejecutaron en silencio y, al final, se escucharon sonidos emanados de su vientre, el cual sirve de recinto de una criatura de seis meses de gestación. La intérprete con su belleza ilustró la fuerza del cuerpo femenino.

Vanessa Cintron presentó el trabajo titulado MoNkEy MiNd 31, del cual se utilizaron partes como enlace entre una coreografía y otra. Con este montaje, Cintron debutó en Costa Rica en la composición coreográfica y lo hizo con la motivación del replanteamiento constante del ser humano para identificar sus rutas vitales.

Los recursos plásticos/escenográficos los aprovechó bien. No obstante, de su recorrido por toda la galería, el segmento que más disfruté fue el que realizó detrás de la cortina transparente, ya que nos ubicó como voyeristas, en la resolución de su conflicto existencial.

Para su obra recurrió a la composición musical de Marcial Amaya y el diseño de vestuario de Leyla Murillo.

Este Primer Encuentro de Solos Hecho a mano, es una evidencia de la fuerza y energía que posee el movimiento dancístico costarricense, al cual, cada día, se incorporan más participantes con ideas novedosas y variedad estilística. Es oportuno destacar que predominó la síntesis en los discursos coreográficos y eso ya es ganancia para que el público acuda sin agotarse.

Felicitamos a Gráfica Génesis y a Signos Teatro Danza por la iniciativa que permitió observar las búsquedas de coreógrafos y bailarines independientes. Y es de esperar que este encuentro de solos tenga continuidad.