Miércoles 13 de Diciembre del 2000. Teatro Nacional, 8 p. m.
La segunda semana del festival dio inicio con Devenir , coreografía de Henriette Borbón, interpretada por Introspectiva Danza Independiente. Este cuarteto tiene como fuente de inspiración la realidad como un proceso ante el cual los individuos se cuestionan su existencia.
La coreógrafa diseñó los movimientos en el espacio destacando la línea de las bailarinas, sin descuidar la interpretación. En Devenir la composición mantuvo un interesante contrapunteo en sincronía con la música original de piano y chelo creada por Carlos Escalante. El vestuario de carácter lírico tuvo buena iluminación de Telémaco Martínez.
La función continuó con una baja: la exclusión de la obra de David Calderón no fue anunciada.
Como segunda parte, Danza Contravacío bailó una nueva creación de Ileana Alvarado titulada Tan-tango .
En esta coreografía la autora organizó los acontecimientos para mostrar a tres varones que desean conquistar a una mujer. Su planteamiento no es dramático y lo desarrolla a través de reiteraciones de frases bailadas al unísono. Las cuatro bailarinas manejaron una proyección uniforme durante toda la obra.
Sin embargo, la elección de la música no fue la más adecuada, especialmente la voz del cantante. Para su parte, Alex Quirós diseñó las luces de la coreografía que contó con trajes descriptivos cercanos a la danza- teatro.
Como última obra se presentó Econexos-Extintos , de Marianela Vargas y con música de Manuel Obregón. Esta coreografía fue estrenada en junio en este mismo teatro y comentada en esa oportunidad.
En esta ocasión se notan algunos cambios. Por ejemplo, la presencia de la coreógrafa dentro del elenco, la incorporación del compositor en el escenario, el personaje del explorador fue retomado al final para redondear la idea y la proyección de un video.
El trío de negro es la única parte de la coreografía donde se ven las bailarinas resolviendo los diseños espaciales con fuerza. Aún así, la obra sigue teniendo inconsistencia conceptual. Situación que se acentúa al final con la proyección de imágenes del trópico costarricense y con el compositor improvisando en el piano.
Cuando bajó la pantalla se dio un efecto interesante que borró las plantas de la escenografía y creó durante treinta segundos, aproximadamente, un contraste alusivo a la destrucción del ecosistema.
Pero, la prolongación del video, de autor desconocido, saturó el tema, ya que no tenía ninguna relación plástica con el tratamiento coreográfico. En lugar de integrarse las disciplinas, en Econexos-Extintos se divorciaron los recursos por el inadecuado manejo. Una vez más, faltó la síntesis compositiva.
Esta noche la presencia del público no fue masiva.