Hasta el mediodía de hoy las autoridades habían recuperado 36 cadáveres, pero no habían localizado partes grandes de la aeronave ni las "cajas negras" con los registros del vuelo, en la zona de búsqueda frente a la localidad de Peggy's Cove.
Halifax (Canadá) Unidades de la marina de guerra y de la policía de Canadá continúan buscando hoy los restos de 193 pasajeros y las "cajas negras" del avión de Swissair que se estrelló anoche frente a la costa de Nueva Escocia, en el océano Atlántico.
La empresa indicó que los 215 pasajeros -entre ellos el español Carlos Mendo Martínez- y 14 tripulantes del avión McDonnell Douglas MD-11 murieron cuando el avión, que realizaba un vuelo desde Nueva York a Ginebra, se precipitó al mar desde 10.000 metros de altitud una hora y media después de emprender su viaje.
Tanto las autoridades canadienses como la Casa Blanca indicaron que no hay indicios que hagan suponer que el desastre se debió a un acto terrorista.
Por ello, el FBI (policía federal de EE.UU.) está llevando a cabo un papel secundario en las investigaciones.
Hasta el mediodía de hoy las autoridades habían recuperado 36 cadáveres, pero no habían localizado partes grandes de la aeronave ni las "cajas negras" con los registros del vuelo, en la zona de búsqueda frente a la localidad de Peggy's Cove.
Entre los pasajeros se encontraban siete empleados de las Naciones Unidas que volvían a sus puestos en Suiza, y Jonathan Mann, un ex profesor en la Escuela de Salud Pública de la Universidad Harvard, un pionero en la lucha contra el Sida, quien viajaba acompañado de su esposa.
Swissair tiene un vuelo diario entre las dos sedes más importantes de la ONU, Nueva York y Ginebra, que habitualmente usan los diplomáticos y funcionarios internacionales.
Un portavoz canadiense afirmó que se investiga las causas del incidente "partiendo de la peor suposición", esto es que no se descarta que haya habido un acto terrorista, aunque no se tiene indicios de tal causa.
La caída del avión -en el peor accidente de Swissair y su primer desde 1979- ocurrió a las 01.17 GMT de hoy, una hora y 33 minutos después de que la aeronave partiera del Aeropuerto Internacional John F. Kennedy.
Fuentes de Swissair indicaron que los dos pilotos suizos transmitieron la llamada "pan, pan, pan", reservada para emergencias extremas e indicaron que había humo en la cabina del avión.
La clave "pan" es una abreviación del término francés "panne", e indica una grave avería.
En la emergencia, la tripulación consideró la posibilidad de desviarse hacia Boston, pero el empeoramiento de la situación llevó a los pilotos a poner rumbo al aeropuerto más pequeño, pero más cercano de Halifax, en Canadá.
Según la Dirección de Transporte Aéreo Canadiense, después de la alarma el piloto comenzó la descarga de toneladas de combustible en el mar como preparación para un aterrizaje de emergencia en Halifax, donde el avión no llegó.
En el MD-11 viajaban 136 estadounidenses, 41 suizos -incluidos 13 miembros de la tripulación- y 30 franceses, aunque también había pasajeros del Reino Unido, Arabia Saudí, Alemania, Italia, Grecia, Yugoslavia, Afganistán, Irán y Rusia. Entre ellos había dos niños.
Familiares de las víctimas del incidente han emprendido viaje desde Nueva York hacia Halifax, donde serán llevados los cuerpos que se recuperen.
En el aeropuerto JFK y en un hotel cercano personal especializado de la Cruz Roja y del Departamento de Salud Mental de Nueva York daban hoy apoyo y consuelo a otros familiares desconsolados.
Una decena de expertos de la Junta Nacional de Seguridad del Transporte, de Estados Unidos, llegó a Halifax para sumarse a la búsqueda e investigación, mientras con helicópteros y embarcaciones y en medio de la bruma del océano Atlántico los canadienses seguían recogiendo trozos de la aeronave.
Este ha sido el primer accidente de la compañía suiza desde que el 7 de octubre de 1979 uno de sus DC-8 se salió de la pista durante un aterrizaje en Atenas, lo que causó la muerte de 14 personas.
El MD-11 siniestrado entró en servicio en agosto de 1991 y había sido revisado antes del despegue .
Edición periodística: Adriana Quirós Robinson, La Nación Digital.