Bogotá, 4 nov (EFE).- Los colombianos conmemoraron hoy los 20 años de la trágica toma del Palacio de Justicia por guerrilleros del M-19, que causó la muerte de un centenar de personas, entre ellas la cúpula de la Corte Suprema, el 6 y 7 de noviembre de 1985.
Los trágicos sucesos fueron conmemorados con una misa en la catedral de Bogotá, a la que asistieron familiares de los juristas y empleados sacrificados.
En el nuevo Palacio de Justicia, inaugurado hace cinco años sobre las ruinas del anterior, se colocaron grandes fotografías de los magistrados muertos en la toma.
En la plaza de Bolívar, frente a la misma sede, se colocaron miles de claveles rojos.
Otra ceremonia en memoria de los jueces se llevó a cabo en el edificio de juzgados del centro bogotano.
El asalto de la sede de la Corte Suprema fue protagonizado por más de treinta rebeldes del Movimiento 19 de Abril (M-19), grupo que se desarticuló en 1990 por medio de un acuerdo de paz.
La sede del tribunal, situada en pleno centro de Bogotá, fue escenario de tiroteos, incendios y bombardeos entre guerrilleros y militares por más de 24 horas, y quedó reducida a cenizas, junto con miles de expedientes judiciales.
En esa tragedia, conocida como "holocausto de la justicia", murieron once magistrados de la Corte Suprema, entre ellos su presidente, Alfonso Reyes Echandía.
Los guerrilleros, que murieron en la operación, pretendían efectuarle un "juicio al entonces presidente, Belisario Betancur, a quien acusaban de haber traicionado al M-19 en el proceso de paz terminado un año antes.
En los hechos murieron también seis magistrados auxiliares y 12 empleados de la Corte Suprema de Justicia, así como 13 auxiliares, tres abogados asistentes y un oficinista del Consejo de Estado (tribunal administrativo).
Asimismo, el administrador de la edificación, tres chóferes, un ascensorista, además de seis policías, cuatro agentes secretos, dos particulares, un transeúnte y 35 guerrilleros.
De otras once personas nunca volvió a saberse, entre ellos empleados y proveedores de la cafetería y dos guerrilleras, que algunos testigos afirman haber visto salir vivos.
La Corte Suprema anunció que una "comisión de la verdad" investigará lo ocurrido, ya que después de dos décadas hay asuntos sin resolver, como la destrucción de las pruebas, la suerte de los desaparecidos y la desatención del Gobierno a las súplicas del magistrado Reyes Echandía de que se evitara un baño de sangre.
El presidente del Supremo, Casrlos Isaac Náder, le pidió al ex presidente Betancur que "rompa su silencio" y permita que se conozca lo sucedido.
Por su lado, el abogado Humberto Murcia Ballén, que era magistrado de la Corte en 1985 y sobrevivió a la toma, declaró a Caracol Radio que recuerda los hechos "con asco".
Subrayó que en los sucesos, el país perdió a muchos de sus mejores abogados, que eran en su mayoría graduados, tratadistas y catedráticos de la Universidad Externado de Colombia, como Reyes Echandía, Carlos Medellín, Manuel Gaona, José Eduardo Gnecco Correa, Alfonso Patiño Roselli, Ricardo Medina y Fanny González.
"El recuerdo infunde miedo, pavor, terror. Fue algo tremendamente injusto con la Justicia colombiana", declaró el letrado.
Agregó que ha querido "olvidar muchas veces ese salvaje acto", pero "es imposible". EFE
gta/ei/emr