Deseosa de expresar sus ideas con las mejores palabras, pues lo suyo son las imágenes, Clea Eppelin habló largo rato sobre sus proyectos audiovisuales.
Ella desea grabar documentales y experimentar, hasta el cansancio, con la cámara, porque sabe que los mejores trabajos nacen de la fórmula de prueba y error.
Fue así como surgió su corto Ana sin el mar , un video de seis minutos con el cual alcanzó tres premios en la XI Muestra de Cine y Video Costarricense que concluyó el pasado sábado 16.
La realizadora obtuvo premios en la categoría Video Creación, por la Mejor Fotografía, Mejor Edición y Opera Prima Ana, sin el mar es su primer corto.
El guión del audiovisual nació con la complicidad de Ana Lucía Sánchez, una amiga suya que está hace varias semanas en Cuba.
Sánchez dejó en manos de Clea la etapa de posproducción del video, que ambas filmaron con una pequeña cámara digital y Clea editó en la computadora de su casa con la ayuda de un programa especial.
En esta entrevista, con Viva , la joven realizadora trató de resumir las semanas de trabajo y los años de esfuerzo para colocar su trabajo en la pantalla.
¿Por qué prefirió hablar a través de las imágenes?
Desde niña he estado muy ligada a lo visual. Mi papá es pintor y mi madre también dibuja, así que desde joven me incliné por ese campo.
"Primero estudié fotografía y ahora me metí de lleno en lo audiovisual".
¿Cómo nació este primer corto ?
Una amiga había escrito un guión que se llamaba algo así como Ana y el mar y decidimos hacer el video, pero cuando terminamos de grabar nos dimos cuenta de que todo estaba mal y empezamos de nuevo, por eso le pusimos Ana sin el mar (bromea)... La verdad, el agua tiene mucha importancia en el corto".
¿Qué significa?
Al introducirse en el agua uno pasa de un ambiente a otro, lo mismo le sucede a la protagonista del video, Ana, quien busca trascender de una etapa a otra.
"Todo el corto es muy sensorial y cargado de símbolos".
¿Disfrutó el trabajo?
Sí, lo más importante de esto es disfrutar cada trabajo y yo tuve el apoyo de muchos amigos.
¿Se imaginó como una de las protagonistas de la Muestra de Cine?
No, yo no esperaba recibir ningún premio, pero más que los reconocimientos, me gustó ver la reacción del público cuando se proyectó el video.
¿Qué proyectos siguen?
Tengo muchas ganas de seguir haciendo videos y quiero llegar a filmar documentales.
¿Vive solo de su trabajo en el campo audiovisual?
No, para pagar mis gastos hago de todo: trabajos de diseño gráfico, fotografía... También he trabajado en bares y he hecho un poco de pasarela.
¿Cuál es la ventaja de un realizador joven?
Que se tiene el espíritu necesario para hacer algo una y otra vez sin temor a equivocarse.
¿Y la parte más difícil?
Darse a conocer.
¿Una película inolvidable?
Son muchas. No podría decir ninguna en específico, la última que alquilé, por ejemplo, fue una cinta del director español Julio Medem.
¿Su mejor experiencia?
Mis viajes como mochilera. Hace poco estuve en Panamá y luego en Colombia, viajé con un amigo y para ganar algo de dinero trabajábamos en las calles con un espectáculo de marionetas que aprendí cuando estuve un tiempo en Amsterdam, Holanda.
¿Hay más finales tristes o alegres en su vida?
Yo diría que mi vida tiene finales fuertes y, como en todo, hay momentos duros y otros muy felices. Ambos sentimientos son necesarios para crecer.