Con No controles -la primera canción que interpretaron-, los cuatro mexicanos del grupo Café Tacuba provocaron los gritos y los brincos de los cientos y cientos de asistentes al concierto del martes por la noche en el Palacio de los Deportes, Heredia.
El público estaba integrado en su mayoría por muchachitas y muchachitos que si acaso llegaban a los 15 años. Había chiquitas de escuela que probablemente andaban en su primer concierto; jovencitos con pelos de colores y aretes en la nariz y la barbilla; mechudos de barba, y adolescentes con el ombligo al viento.
Cuando Café Tacuba empezó a tocar el tercer tema de la noche, el gimnasio casi se vino al suelo: los "tacubos" interpretaron La ingrata, uno de los éxitos viejitos de la banda, y la gente se puso como loca. ¡La fiesta había comenzado!
Café Tacuba subió al escenario a las 9:10 p. m., luego de que el grupo nacional El Parque y los guatemaltecos de Bohemia Suburbana habían calentado el ambiente.
El Parque empezó su show a las 7:30 p. m. y tocó seis canciones, entre ellas, Visiones, Cuántas noches, La clave y Juanita. Con ellas, los nacionales se ganaron muchos aplausos, y vimos a más de una jovencita buscando autógrafos a como diera lugar.
Después vino Bohemia Suburbana, una banda no muy conocida en nuestro país, que mostró un buen trabajo musical pero un discurso un poco gastado: la crítica "a los gobiernos dinosaurios, a los políticos corruptos, a los empresarios corruptos y al comemierdismo que nos hace comer mierda", dijo su cantante.
En todo caso, a las 9 p. m. ya se había abierto el apetito, y la gente quería tomar Café. Y se le complació con creces.
Café bien cargadito
Café Tacuba mostró buen manejo escénico y un excelente juego de luces. Su cantante, Anónimo, no paró de moverse: parecía un resorte, brincando sin freno de un lado para el otro. El resto de sus compañeros, Joselo, Quique y Emmanuel, le dieron un muy buen acompañamiento musical. Luego de La ingrata, vinieron éxitos como Alármala de tos, Ojalá que llueva café (con el toque mexicano que le dio el músico folclorista Alejandro Flores), Las flores (tema que de nuevo provocó la euforia de la gente), y a las 10:20 p. m., la gran esperada: Chilanga banda. En ese momento, Anónimo agradeció a todos por haber permitido al grupo venir a tocar a Costa Rica y anunció la canción de despedida, La chica banda. Por supuesto, cuando terminaron y dejaron el escenario, la gente no se movió y empezó a gritar a una sola voz: "¡Otra, otra!" La petición fue acogida y Café Tacuba volvió a escena y tocó tres piezas más. La última fue Cómo te extraño, original de Leo Dan, que ahora es una de las favoritas del montón de jovencitos presentes en el show, muchos de los cuales nunca habían oído hablar de Leo Dan.
Los pro y los contra
El concierto tuvo una buena asistencia, tal vez al ochenta por ciento, pero no estuvo repleto.
Entre los puntos a favor del evento estuvieron la puntualidad con que comenzó, la gran cantidad de cruzrojistas presentes en el sitio y el buen desempeño de los miembros de la seguridad en el primer piso (entrada preferencial).
En ese nivel vimos cómo la seguridad no dudó en sacar del Gimnasio a varios muchachos que estaban haciendo demasiado desorden (contamos 15 expulsados y luego perdimos la cuenta). Además, los cruzrrojistas atendieron con celeridad a una muchacha golpeada en la nariz por un codazo y a otra desmayada.
Pero en las graderías, el panorama fue distinto. Casi no hubo seguridad y al final del concierto, se dieron brotes de desorden. Algunos asistentes empezaron a empujar de un lado al otro, al ritmo de la música, y nadie los detuvo.
Como la seguridad no controló que los pasillos estuvieran despejados, hubo un momento de empujones en el que alguien hubiera podido caer del segundo al primer piso. Eso no pasó, pero no se debería esperar a que sucedan desgracias para tomar las previsiones debidas...