Ya sea por estrés, sofoco, impresión o dolor, un desmayo o desvanecimiento puede producirse en cualquier momento.
A este episodio se le denomina, científicamente, lipotimia. Ocurre cuando se da un descenso brusco de la presión arterial que reduce el aporte de sangre oxigenada al cerebro y causa una pérdida temporal del conocimiento.
Es más común en mujeres jóvenes y en algunos adultos mayores; solo que en esta población hay que tener mucho más cuidado pues podrían presentarse complicaciones o el desmayo puede ser indicativo de enfermedades graves, advierte un artículo del diario argentino El Clarín.
Frente a un desmayo, la prioridad es llamar a un médico.
Sin embargo, también se aconseja seguir estas recomendaciones:
1. Coloque al paciente en un lugar fresco y bien ventilado.
2. Acuéstelo boca arriba, con los pies elevados.
3. Péguele suavemente en las mejillas o mójele el rostro con agua fría.
4. Déle a oler agua de colonia o alcohol (no le administre bebidas alcohólicas).
5. En caso necesario, ofrézcale reanimación cardíaca o respiración artificial.
6. Cuando la persona recupere la conciencia, no debe incorporarse de inmediato.