Se comparaba con Betty La Fea, no por ser poco atractiva sino por lo que vivió con su papá, fallecido pocos años atrás. Con temor a parecer ingrata, decía:
"Él era como Don Hermes, el papá de Betty, que se pasaba de estricto y honrado. Trabajó 30 y pico años en la misma oficina pública , en funciones de esas que provocan el ofrecimiento de sobornos muy tentadores, y se peleó con muchos que quisieron tentarlo. ¡Imagínese que hasta rechazaba los clásicos regalos navideños diciendo que lo comprometían! Igual s e enojaba con quienes pedían un trato especial por ser figuras públicas . De hecho, una vez obligó a un conocido político a hacer fila como todo el mundo, en medio de una diatriba terrible. Parecía un predicador furioso amenazando con el infierno a todos los vivazos y deshonestos"
"Lo malo es que, para no parecerse a ellos, decidió llevar una vida llena de limitaciones, como si fuera ermitaño , y trató de que todos en la familia actuáramos igual. Las mujeres debíamos vestir como monjas para alejar las tentaciones, y los hombres debían trabajar como mulas para probar su honradez"
"En los últimos años, después de jubilarse, vivía quejándose de que la pensión no le alcanzaría para sobrevivir. Creo que esa angustia lo acabó, o al menos aceleró su muerte. Por eso siempre me cuestioné si valía la pena vivir como él, sin ningún disfrute y lleno de angustias y amarguras. ¿Para qué ir contra la corriente, si de todas formas ya nadie reconoce la honradez; si todo el mundo sólo jala para su lado? "
Por supuesto que su planteamiento era extremista, con generalizaciones inadmisibles para alguien como ella. Porque implicaba afirmar que es absurdo ser honesto, y eso era inaceptable para quien creció con un padre así; e implicaba criticar a esa figura tan importante en su vida, poniéndolo como un tonto sin iniciativa, un conformista.
Era lógico entonces que estuviera en situación de conflicto, que se sumaba a otros en su vida. En tal estado, además, le resultaba difícil entender cómo ella misma se estaba autolimitando en su vida.
Por ejemplo, en su casa hacía economías innecesarias, considerando la situación real de ella y su marido. Era criticona con amistades o vecinos, tal como lo era su papá . Le costaba evitar la sensación de "platera" cuando cobraba por su trabajo.
Evidentemente no discriminaba que una cosa era aceptar los principios que defendía su papá, y otra cosa vivir como él. Que podía ser honrada pero no temerosa o amargada . Que su forma de vida debía calzar con las circunstancias particulares de su vida y no con las de su papá.
Debía usar su sentido crítico para no confundir la gordura con la hinchazón. Para identificar cuáles alimentos del menú de la vida toleraba su organismo y cuáles le provocaban indigestión.