La cobertura del terremoto de El Salvador le deparó una buena calificación a los teleinformativos y reafirmó la sensibilidad de sus reporteros. Destaca el trabajo de Gilberto Valencia, de Noticias Repretel , tanto que se le podría llamar Gilberto Valiente.
Esteban Castro, de Telenoticias , hizo un trabajo ético y limpio; nada de morbo (¿Cómo jugar con el dolor o tratar de complacer al maldito rating con escenas crudas?). Las tomas del camarógrafo Mauricio Chinchilla fueron de indiscutible calidad: eran reveladoras, fuertes, pero nunca amarillistas.
Nacido en El Salvador, Gilberto Valencia acató la orden: viajó de inmediato a enfrentarse con la muerte, con el dolor, con los frescos recuerdos de infancia. Encontró destruidos aquellos lugares donde habían quedado atrapados los recuerdos de adolescente.
Con pocos recursos, con limitaciones propias del terremoto (sin luz ni agua) y con un perenne dolor en el alma, el periodista cumplió con su trabajo. Pasó por las calles que recorrió en otros años y vio en el suelo casas y edificios con los que soñó tantas veces. En Noticias Repretel cualquiera de los periodistas estaba preparado para viajar a las tierras movedizas, pero la suerte (mala o buena) atrapó a Gilberto.
Para Valencia el dolor fue doble al ver a su gente desesperada, con sus casas destruidas y clamando por ayuda. "Duele en lo más profundo ver calles, pueblos y lugares, donde estuviste de niño, borrados por la fuerza de la naturaleza. El alma se estremece y el corazón se destroza", recuerda.
Aún así, mostró madurez profesional. Nada de comerciar con el dolor; el dolor es como el cariño verdadero, ni se compra ni se vende.
Teniendo colaboradores como Gilberto, los de Noticias Repretel pueden celebrar orgullosos sus primeros tres años y enfrentar sin temor los retos el futuro inmediato. Ya lo dijo su directora Roxana Zúñiga: " Noticias Repretel respeta el dolor ajeno".
En la medida en que se mantengan por ese derrotero, los de canal 6 estarán al aire por muchos años más, practicando un periodismo más humano como lo demostró Gilberto Valiente.