Fernando Savater, filósofo español, ha publicado un libro, Ética para Amador , "pensado y escrito para que puedan leerlo los adolescentes", donde reflexiona sobre la ética. Esta obra me induce a hacer unos comentarios.
De inicio, plantea un aspecto que me parece medular: "La reflexión moral no es solamente un asunto especializado más que para quienes deseen cursar estudios superiores de filosofía, pero es parte esencial (resaltado del autor) de cualquier educación digna de ese nombre".
Al definir la ética, el autor menciona que los seres humanos, a diferencia de otros seres, "podemos optar por lo que nos parece bueno, es decir, conveniente para nosotros, frente a lo que nos parece malo o inconveniente. Como se puede elegir, uno se puede equivocar, por lo que es prudente adquirir un cierto saber vivir que nos permita acertar. A este saber vivir o arte de vivir, es lo que llaman ética".
Este dilema, al cual nos enfrentamos todos los días, de elegir entre lo que nos conviene o no, de decir sí o no, adquiere su verdadera dimensión, cuando entra en juego la libertad del ser humano pues "la libertad es decidir, pero también dándose uno cuenta de que se está decidiendo, lo cual es lo más opuesto a dejarse llevar".
La ética es, por tanto, un intento racional de averiguar cómo vivir mejor y tener una buena vida, que no es lo mismo que darse la buena vida.
La persona puede hacer todo lo que quiera, pero puede no estar teniendo una buena vida ya que "se puede ser humano-cosa o humano-humano, humano simplemente preocupado en ganarse las cosas de la vida o humano dedicado a disfrutar de la humanidad vivida entre personas. ¡Por favor, no te rebajes!; deja las rebajas para los grandes almacenes, que es lo suyo", concluye Savater.
Para el autor, lo contrario a la ética es la "imbecilidad moral", que no tiene nada que ver con la libertad y la reflexión propia. La diferencia entre una y otra está en tener o no conciencia. Esta conciencia se caracteriza por...
-Saber que no todo da igual porque queremos realmente vivir, y además vivir bien, humanamente bien (el bienestar de los otros es también mi bienestar).
-Estar dispuestos a fijarnos en si lo que hacemos corresponde a lo que de veras queremos o no.
-Mediante la práctica, ir desarrollando el buen gusto moral, de tal modo que haya ciertas cosas que nos repugnen espontáneamente hacer.
-Renunciar a buscar coartadas que disimulen que somos libres y, por lo tanto, responsables de las consecuencias de nuestros actos.
Este libro permite un enfoque que invito a los adolescentes y jóvenes a analizar, sobre todo en esta época en que la palabra ética ha buscado recuperar su significado, pero que aún suena hueca para muchos, debido fundamentalmente a la actitud contraria a la misma de las personas que ocupan puestos en las actividades claves de la sociedad.